ENRIC CASANOVAS ROY (Barcelona, 1882 – 1948).
“Eva”, Tossa de Mar, 1936.
Bronce. Pieza única.
Firmada en la base.
Fundición Bechini.
Procedencia: Galería René Metras.
Se adjunta un escrito de puño y letra de la viuda del escultor en el cual autentifica la obra.
Existen únicamente dos ejemplares fundidos por el maestro Bechini y una obra realizada en mármol, según certifica la señora viuda de Casanovas, propietaria de la terracota original y que tiene intención de entregar al museo.
Medidas: 120 x 39 x 28 cm.
De una elegancia contenida, esta figura femenina presenta un canon clásico y mediterráneo, que responde al ideal de belleza armoniosa, serena y natural tan defendido por los noucentistas. La postura en leve contrapposto (con el peso del cuerpo desplazado sobre una pierna y el otro pie elevado sobre un saliente) confiere a la escultura una sensación de reposo dinámico, donde la estructura corporal sugiere vida y equilibrio sin tensión. El gesto del brazo derecho, elevado con el antebrazo apoyado sobre la cabeza, introduce un aire de espontaneidad que no resta solemnidad al conjunto, sino que contribuye a dotarlo de una humanidad idealizada. Esta ambivalencia, entre lo cotidiano y lo simbólico, es un rasgo distintivo del noucentisme: la búsqueda de una belleza atemporal, donde lo moderno y lo clásico coexisten sin fricción.
El tratamiento de la anatomía, con miembros torneados y proporciones mesuradas, revela una clara voluntad de síntesis formal, alejada del detalle superfluo. El rostro, de rasgos serenos y simplificados, transmite introspección y contención emocional, con ojos almendrados, cabello corto y ondulado, y pechos pequeños que refuerzan el ideal noucentista de una belleza purificada.
La obra remite sutilmente a una diosa grecorromana, pero es, más bien, una Eva moderna, símbolo de la mujer eterna bajo una nueva sensibilidad mediterránea, depurada y racional. Se presenta como una obra de gran madurez artística, que condensa con precisión la esencia del estilo de Enric Casanovas.
El escultor Enric Casanovas fue uno de los principales representantes del “noucentisme” catalán, y su obra se caracteriza por una monumentalidad inspirada en la escultura griega arcaica. Inició su formación como discípulo de Josep Llimona (1896), para a continuación ingresar en la Escuela de La Lonja de Barcelona (1900). Realiza en 1900 su primer viaje a París, y a su regreso mostró su obra en Els Quatre Gats (1903). Su primera participación en una muestra fue en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Zaragoza, en 1898. Entre 1904 y 1913 vive entre París y Barcelona, en contacto con Picasso, Maillol y Gargallo, entre otros artistas. A su regreso a la ciudad condal abre un taller, por el que pasaron destacadas figuras como Rebull, Fenosa, Granyer o Viladomat. En 1910 participó en la primera exposición de “Les Arts i els Artistes”, asociación de la que llegará a ser presidente. Ese mismo año expuso en el Faianç Català, y poco después viaja a Londres y Bélgica (1912). Por estos años se integró en el equipo de la Escuela de Decoración que dirigía Joaquín Torres-García (1914). En 1920 obtiene una sala especial en la Exposición de Bellas Artes, y en 1922 participa en la Exposición de Artistas Catalanes de Ámsterdam. Cinco años más tarde muestra su obra en Italia, y en 1929 obtiene la medalla de oro de la Exposición Universal de Barcelona. En 1932 ingresa en la Academia de Bellas Artes de San Jorge, y en 1935 obtiene el premio Campeny de la Generalitat de Catalunya. Tras ejercer desde 1936 como director del Museo de Tossa, entre 1939 y 1943 vive exiliado en Francia, aunque sus últimos años los pasó finalmente en su Barcelona natal. Casanovas realizó tanto obras para particulares como encargos públicos, ejemplo de lo cual es su “Figura femenina” de la Plaza Cataluña de Barcelona. Actualmente se conserva su obra en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo Municipal de Tossa de Mar, el Museo de Arte Jaume Morera de Lleida, el Museo de Esculturas Luis Perlotti de Buenos Aires y en el MACBA.