Después de ANTONIO CANOVA (Italia, 1757 – 1822).
Escuela italiana, primer cuarto del siglo XIX.
"Leones de Canova".
Pareja de esculturas en mármol.
Presenta leves descantillados en la base.
Medidas: 20 x 43 x 12 cm. cada uno; 22 x 43 x 13 cm.(con peanas).
Pareja de leones en mármol blanco, de gran calidad, inspirados en los célebres felinos que el gran escultor neoclásico Antonio Canova realizó en 1792 para la tumba del Papa Clemente XIII en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Cada ejemplar reproduce a pequeña escala la poderosa presencia de los originales, aunque adaptada a un formato doméstico o de colección.
Uno de los leones se encuentra en actitud de reposo, con el cuerpo recogido y la cabeza inclinada en un gesto de calma vigilante. El otro, en contraste, se muestra más alerta, con la cabeza erguida y la musculatura ligeramente más tensa, como si respondiera a un estímulo exterior. Este diálogo de quietud y energía era ya un rasgo buscado por Canova en su concepción original, donde los animales simbolizaban el equilibrio entre la vigilancia y el descanso eterno.
El trabajo en mármol resalta la fuerza plástica del cuerpo felino: la anatomía está cuidadosamente descrita, con énfasis en la musculatura de las extremidades y el volumen del pecho, que transmiten solidez y monumentalidad pese al formato reducido. La melena, rizada y abundante, está labrada con un detallismo vibrante que contrasta con las superficies más lisas del cuerpo, logrando una rica alternancia de texturas.
Estas esculturas son parte de una tradición de réplicas y versiones que desde el siglo XIX multiplicaron la fama de los Leones de Canova, considerados obras maestras del neoclasicismo funerario. Ejemplos destacados de estas copias se encuentran, por ejemplo, frente a la antigua Corcoran Gallery of Art en Washington D.C. En suma, estas piezas condensan en formato manejable el espíritu neoclásico: la nobleza serena de la naturaleza animal, el dominio técnico sobre el mármol y la evocación de un modelo canónico de la escultura europea.