León de San Marcos; Venecia, siglo XVII.
Bronce dorado y base de mármol
Medidas: 14 x 22 x 9 cm; 4 x 22 x 12 cm (base).
León alado realizado en bronce en posición de marcha, con el cuerpo ligeramente inclinado hacia adelante, las patas extendidas y las alas erguidas, lo que sugiere tanto movimiento como vigilancia. Su cuerpo musculoso y el detallado modelado del pelaje en la melena denotan un alto grado de virtuosismo técnico, característico del bronce trabajado por los fundidores venecianos del Barroco.
El rostro del león combina rasgos zoomorfos con una leve estilización antropomórfica, aportando una expresión de dignidad casi racional.
La representación del león lude directamente al patrón evangelista de la ciudad, San Marcos. Este santo es asociado con el león porque su Evangelio comienza hablando del desierto, y precisamente este animal era considerado el rey del desierto. Además, en este principio de su relato ,Marcos, habla del río Jordán, en torno al cual vivían distintas fieras, el león entre ellas. También se dice que Marcos es el león porque su Evangelio se inicia hablando de Juan el bautista como “Voz que clama en el desierto”, voz que sería como la del león.
Durante el siglo XVI la ciudad de Venecia se convirtió en símbolo del poder y prestigio, dando lugar a un estilo de vida donde se desarrollaron conceptos como el de lujo y magnificencia, que escenificaban en sus fiestas públicas. El dinero que generaba el comercio desde oriente hasta Europa pasando por los canales de su ciudad, les llevo a ser la primera potencia comercial de su época y uno de los referentes en cuanto a sofisticación y modernidad, atrayendo así a grandes artistas a la ciudad. Sus fiestas evidenciaban este panorama, recreado a través de las procesiones con el boato, y las pompas de las falúas y góndolas doradas para el día de san Marcos.