Escuela francesa; siglo XIX.
“Tríptico”.
Bronce esmaltado.
Medidas: 18 x 14,5 x 0,5 cm.
Esta obra se estructura en tres paneles articulados, lo que la identifica como un objeto devocional portátil, inspirado en los retablos domésticos o personales que proliferaron durante la Edad Media. Este tipo de objeto permitía al fiel llevar consigo una imagen sacra que facilitara la oración y la contemplación.
El tema central del tríptico es una representación de la Virgen entronizada con el Niño, un motivo ampliamente difundido en el arte cristiano desde los primeros siglos del cristianismo, y que adquiere una particular solemnidad en el contexto gótico. María, representada como trono de la sabiduría (Sedes Sapientiae), aparece coronada, aludiendo a su realeza celestial, y sostiene con ternura al Niño Jesús, quien parece en actitud de bendecir o dialogar con su madre, acentuando el vínculo humano y afectivo entre ambos. La escena está coronada por la figura de un ángel que coloca la corona sobre la cabeza de la Virgen, reforzando su rol como Reina del Cielo.
A los lados, en los paneles laterales del tríptico, se encuentran dos figuras de santos o ángeles nimbados, portando candelabros o cetros, que enmarcan la escena central y refuerzan el carácter sacro y solemne de la composición. El fondo esmaltado en azul cobalto profundo, propio de las técnicas medievales del esmalte champlevé o cloisonné, contribuye a la riqueza visual y simbólica de la obra: el azul, color mariano por excelencia, intensifica la dimensión celestial y espiritual del conjunto.