EDGAR DEGAS (París, 1834 – 1917).
"Femme surprise".
Escultura en bronce con pátina marrón matizada.
Numerada 42 IX/IX.
Sello con la firma de Degas en la base.
Sello «CIRE PERDUE C. VALSUANI».
Procedencia: Colección privada europea.
Fundición realizada bajo la supervisión de la familia del artista.
Bibliografía de referencia:
- Hébrard 42; Pingeot 61; Rewald 54; Czestochowski 42.
Esta edición incluye una tirada marcada con las letras de la A a la T y una tirada numerada en números romanos del I/IX al IX/IX.
Se entregará al comprador una copia notarial del certificado de autenticidad de Artco France Éditeur d'Art con fecha de 2007.
Agradecemos al comité Degas su colaboración. Se podrá solicitar un certificado de autenticidad a cargo del comprador.
El Museo de Orsay alberga en sus fondos una obra de similares características.
Medidas: 40,6 cm (altura).
"Femme surprise" (Mujer sorprendida) captura un momento íntimo y espontáneo, un tema recurrente en la obra de Degas, quien a menudo exploraba la figura femenina en instantes privados, como bañándose o vistiéndose.
La figura femenina está de pie, pero en una postura completamente alejada de las poses clásicas idealizadas. Está visiblemente encorvada, con el torso inclinado hacia adelante y la cabeza gacha, casi oculta. Sus brazos se cruzan instintivamente delante de la parte inferior de su abdomen y el pubis, en un gesto claro de pudor y autoprotección.
El título se materializa plenamente en este lenguaje corporal. La escultura retrata así a una mujer capturada en un momento de vulnerabilidad, como si hubiera sido interrumpida o descubierta súbitamente. La tensión en los hombros y la forma en que repliega su cuerpo sobre sí misma transmiten una sensación de timidez y sorpresa.
Como es característico en la escultura de Degas, la superficie no es lisa ni pulida. El bronce presenta una textura rugosa (impresionista, "abocetada", podríamos llamarla), donde las marcas del modelado original en cera son evidentes. Esta técnica apuesta por la plasmación de la esencia anatómica (en lugar de la perfección anatómica): cómo incide la luz sobre la piel, y, sobre todo, el movimiento y la emoción del instante.
Los tonos más oscuros de la pátina se asientan en los pliegues y recovecos, mientras que las superficies más expuestas capturan la luz de manera diferente, acentuando el dramatismo de la pose y la textura de la superficie.
Degas exhibió muy pocas esculturas en vida; la gran mayoría de sus bronces son fundiciones póstumas autorizadas por sus herederos a partir de las esculturas de cera originales encontradas en su estudio tras su muerte, como es el caso de esta magnífica pieza que licitamos.
El sello "cire perdue C. Valsuani" indica que fue fundida en la prestigiosa fundición parisina de Claude Valsuani, muy conocida por trabajar con importantes artistas de la época. La calidad de este vaciado y la legitimidad de su procedencia hacen de esta obra una pieza singular dentro del corpus escultórico de Degas, de gran interés tanto para coleccionistas privados como para instituciones museísticas.
En definitiva, estamos ante un estudio magistral de Degas sobre la forma humana en un estado no idealizado y vulnerable. Es una pieza que resume el interés del artista por el movimiento fugaz y la intimidad, realizada con la calidad técnica de una de las mejores fundiciones de su tiempo y autentificada como parte de una edición póstuma controlada y limitada.
La relevancia de Edgar Degas en la historia del arte moderno es indiscutible: pionero en la representación del cuerpo en movimiento, su obra escultórica anticipó muchas de las preocupaciones formales del siglo XX. Aunque concebidas como estudios privados, sus esculturas —hoy presentes en museos como el Musée d’Orsay, el Metropolitan Museum o la National Gallery of Art— son consideradas fundamentales para comprender la transición entre la tradición académica y la modernidad. Esta pieza, por tanto, no solo encarna la maestría técnica de Degas, sino también su lugar esencial en el canon de la escultura moderna.
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