Escuela brasileña; siglo XVIII.
“Cristo”.
Madera tallada, ébano y plata.
Medidas: 39 x 36 x 6 cm; 65 x 45 cm (cruz).
Escultura que representa a Cristo crucificado, una de las iconografías más recurrentes y trascendentes de la tradición cristiana. Se trata de una obra atribuida a la escuela brasileña del siglo XVIII, realizada en madera tallada, con cruz de ébano y detalles en plata. La figura de Cristo se presenta con una anatomía cuidadosamente modelada, de proporciones elegantes y una expresividad contenida, que transmite el dramatismo del sacrificio sin caer en la violencia excesiva o el patetismo teatral característico de otras tradiciones escultóricas. El cuerpo, de una tensión controlada, se arquea levemente hacia la derecha, mientras la cabeza, inclinada, refleja serenidad y resignación más que dolor extremo.
El tratamiento de la superficie muestra una sensibilidad técnica notable: la madera ha sido pulida hasta alcanzar una textura suave y un brillo que resalta el tono cálido del material, mientras que los paños, dorados y finamente estofados, introducen un contraste visual de gran refinamiento. La cruz, sobria y de líneas rectas, elaborada en ébano con remates de plata, subraya la nobleza del conjunto y enmarca la figura central con un equilibrio casi arquitectónico.
Desde el punto de vista estilístico, la obra responde al barroco tardío luso-brasileño, caracterizado por la síntesis entre el naturalismo ibérico y la sensibilidad decorativa colonial. Frente al dramatismo exaltado de las escuelas castellana o andaluza, el Cristo brasileño del siglo XVIII se distingue por un tono más devoto y meditativo, en el que la emoción interior prevalece sobre la gestualidad. Esta orientación estética, en diálogo con la tradición portuguesa, revela la influencia de los talleres de las órdenes religiosas establecidas en Brasil, donde la imaginería sacra alcanzó un alto grado de calidad técnica y espiritual.
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