Escuela gótica catalana, finales del siglo XIV. Crculo de Bartomeu Robió.
San Mateo y San Juan Evangelista.
Piedra caliza.
31’50 x 16’50 x 13 cm (San Mateo); 31’50 x 17 x 11 cm (San Juan).
Adjunta informe emitido por Ximo Company y Montserrat Macià.
Ambas figuras, barbadas y de profusa cabellera, aparecen en plácida posición sedente y
con un amplio libro entre las manos. El de la izquierda, identificable con San Mateo (Leví,
hijo de Alfeo, publicano y recaudador de impuestos), aparece con las manos cruzadas que
descansan sobre su supuesto Evangelio; el de la derecha, San Juan Evangelista, a juzgar
por su juventud y barba menos pronunciada (pescador e hijo de Zebedeo, el “discípulo
amado”), sostiene su Evangelio en su regazo con las manos abiertas, una en cada extremo
del libro; este aparece en una atractiva posición ligeramente ladeada (un buen contrapunto
compositivo). Los pliegues de los mantos aparecen bien trabajados y con cadencias suaves. El escultor
utiliza una geometrización exquisita y poco estridente, que remite sin duda a formas propias de obradores que operan en el amplio y bastante uniforme arco mediterráneo. La escultura gótica catalana fue bastante apreciada en el ámbito europeo del siglo XIV, y entre sus diversos obradores más activos está el que se desarrolló en la zona de Lleida, hasta el punto que puede hablarse con toda propiedad de una activa y reconocida Escuela
de Lleida, que desarrolló lo mejor de su producción artística durante los siglos XIV y XV.
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