Escuela italiana o española; siglo XVIII.
“Pareja de alegorías”.
Madera tallada y policromada.
Presenta faltas.
Medidas: 28 x 9 x 10 cm (x2).
Pareja de esculturas que representan alegorías relacionadas con el ciclo agrícola, específicamente el Verano y el Otoño. Realizadas en madera tallada y policromada, representan figuras masculinas, semidesnudas, talladas con un dinamismo característico del barroco tardío. Cada una porta atributos inequívocos: la figura del Verano sostiene un haz de mieses, símbolo tradicional de la siega y de la abundancia cerealística; la figura del Otoño, por su parte, lleva un gran racimo de uvas y un sarmiento, emblemas de la vendimia y del proceso de transformación del fruto en vino.
La asociación entre ambas estaciones no solo remite al orden natural del año agrícola, sino también a una lectura de carácter simbólico y teológico. Dado que estas piezas fueron concebidas para un espacio religioso, su iconografía trasciende el mero motivo estacional para inscribirse en un programa alegórico vinculado a la Eucaristía. El trigo y la uva, elementos esenciales del ciclo productivo representado, son los mismos que, transformados en pan y vino, se convierten en materia sacramental. Así, las esculturas articulan una relación directa entre la fertilidad de la tierra, la labor humana y el misterio eucarístico, subrayando la idea de que la gracia divina se hace presente a través de los frutos de la creación.
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