Después de JEAN-BAPTISTE PIGALLE (París, 1714-1785).
“Mercurio”.
Bronce patinado (doble patinado) y peana de mármol.
Medidas: 62 x 36 x 30 cm (total).
Esta obra sigue el modelo de la escultura de Jean-Baptiste Pigalle «Mercurio colocándose sus alas» de 1740, actualmente en la colección del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
Jean-Baptiste Pigalle fue uno de los escultores franceses más destacados del siglo XVIII y una figura clave en la transición entre el barroco tardío y el neoclasicismo. Nacido en París el 26 de enero de 1714, creció en una familia de artesanos; su padre era carpintero, un entorno que facilitó su primer contacto con los materiales y oficios manuales. A temprana edad ingresó en el taller de Robert Le Lorrain, maestro escultor del estilo barroco francés, donde desarrolló las bases del modelado y la talla.
Tras su formación inicial, Pigalle ingresó en la Académie Royale de Peinture et de Sculpture, aunque sin lograr obtener el prestigioso Prix de Rome, cuya ausencia marcó el comienzo de un camino profesional más autónomo. Aun así, viajó a Roma por cuenta propia en 1734, con grandes dificultades económicas, pero con una determinación que impresionó a sus contemporáneos. Su estancia en Italia, donde estudió las esculturas clásicas y el arte renacentista, fue decisiva para la evolución de su estilo.
A su regreso a Francia en 1739, presentó la obra que lo convertiría en miembro de la Academia: “Mercurio atándose las sandalias” (1744), una escultura que revelaba una síntesis de dinamismo barroco y sobriedad clásica. En la década siguiente alcanzó reconocimiento con una de sus obras maestras, “Venus desatándose la sandalia” (1750), hoy conservada en el Museo del Louvre. Estas dos figuras, concebidas como pareja, consolidaron su fama como uno de los escultores más refinados de su generación.
Pigalle disfrutó de la protección de personalidades influyentes, entre ellas Madame de Pompadour, favorita de Luis XV. Gracias a este apoyo recibió encargos importantes, como el célebre monumento funerario de Mariscal Maurice de Saxe para la iglesia de Saint-Thomas en Estrasburgo, una composición monumental en la que combinó teatro barroco, alegorías complejas y un sentido renovado del pathos. Más tarde realizaría también el monumento al Delfín Luis de Francia y otras esculturas para la Corona, consolidando su prestigio en la corte.
A partir de 1760 su estilo evolucionó hacia un mayor clasicismo, acorde con las tendencias intelectuales de la Ilustración. Fue nombrado profesor de la Academia y posteriormente elegido rector, roles desde los cuales influyó en las nuevas generaciones de escultores franceses.
Jean-Baptiste Pigalle murió en París el 20 de agosto de 1785, reconocido como uno de los maestros de la escultura francesa del siglo XVIII. Su obra, marcada por la combinación de gracia rococó, estudio del cuerpo humano y renovación del ideal clásico, representa uno de los momentos culminantes del arte escultórico previo a la Revolución Francesa.
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