Atribuida a VALENTINO PANCIERA BESAREL (Italia, 1829- 1902).
“Músico veneciano”.
Madera tallada y patinada.
Presenta restauración en el pie derecho, rotura en dos dedos, en el cofre.
Conserva el mástil de la mandolina de forma exenta, independiente del conjunto.
Medidas: 136 x 57 x 40 cm; 54 x 40 x 40 cm (peana).
Con el refinamiento propio de la escultura veneciana del siglo XIX, esta figura encarna la pervivencia de una tradición artesanal que supo dialogar con los lenguajes historicistas de su tiempo. Representa a un músico veneciano, ataviado con indumentaria de aire renacentista, captado en una actitud pausada y elegante que combina naturalismo y teatralidad contenida. El gesto sereno del rostro, la leve torsión del cuerpo y el cuidado equilibrio compositivo revelan una clara vocación narrativa, invitando al espectador a imaginar la escena más allá del instante representado.
La obra se atribuye a Valentino Panciera Besarel (Italia, 1829–1902), uno de los escultores más destacados de la Venecia decimonónica, célebre por sus tallas en madera de pequeño y mediano formato. Besarel fue reconocido por su extraordinaria destreza técnica y por la recuperación consciente de modelos del Renacimiento italiano, reinterpretados con sensibilidad moderna. En esta escultura, la minuciosa atención al detalle, visible en los pliegues del vestuario, el tratamiento del cabello y los objetos que porta la figura, pone de manifiesto una calidad de ejecución excepcional, acorde con las mejores producciones del artista y su círculo.
Tallada en madera y posteriormente patinada, la superficie presenta una riqueza cromática sobria que acentúa los volúmenes y confiere unidad al conjunto. La elección de la madera como soporte no es casual: Besarel y sus contemporáneos la reivindicaron como un material noble. El pedestal, integrado en la concepción de la obra, refuerza su carácter escultórico y sugiere un destino original ligado a interiores burgueses o colecciones privadas.
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