Icono ruso de finales del siglo XVIII.
"Mandylion".
Temple sobre madera.
Presenta ligeros craquelados, falta una espiga.
Medidas: 31 x 26,5 x 2,3 cm.
Mandylion, lienzo de Edesa o imagen de Edesa son distintos nombres que se dan a una reliquia cristiana consistente en una pieza de tela cuadrada o rectangular en que se habría impreso milagrosamente el rostro de Jesús, siendo por tanto el primer icono (imagen) del cristianismo. Icono del Cristo Mandylon, también conocido como el icono de la Santa Faz.
Los iconos no pueden compararse con otras obras de arte en el sentido habitual de esta palabra. No son cuadros, porque no reproducen motivos de la realidad; no representan, sino que constituyen en sí mismos otro mundo. Y lo hacen con medios de representación especiales, desarrollados a lo largo de los siglos. En ellos, el color desempeña un papel significativo, el de un lenguaje simbólico que debe expresar no el color de las cosas, sino su luminosidad, una luz que procede de más allá del mundo físico. Los espacios dorados de los iconos encarnan esta luz no terrestre, y el fondo dorado simboliza el espacio que “no es de este mundo”. En los iconos no existe el espacio habitual, como tampoco existen acontecimientos convencionales. El icono es una ventana abierta a un mundo de otra naturaleza, pero esta ventana se abre sólo para quienes poseen una visión espiritual.