Bargueño y mesa a juego. Neo-mudéjar, finales del siglo XIX.
Con taracea granadina.
En nogal, con taracea de diversas maderas finas y hueso.
Presenta marcas de uso, desgaste y algunas faltas.
Medidas: 80 x 90 x 35 cm.(bargueño); 90 x 105 x 42 cm.(mesa).
Extraordinario conjunto de bargueño y mesa de apoyo que es un ejemplo paradigmático del mueble de lujo español de finales del siglo XIX.
Se trata de un mueble de estilo Neo-Mudéjar, también conocido como Alhambrista. Este estilo historicista floreció en España, y muy especialmente en Granada, en la segunda mitad del siglo XIX, impulsado por el espíritu romántico y la revalorización de la herencia de Al-Ándalus, con la Alhambra como fuente inagotable de inspiración.
El estilo neo-mudéjar es evidente en todos los elementos: la estructura arquitectónica de la mesa, con sus arcos; la decoración geométrica y vegetal estilizada. Y, sobre todo, el uso de la técnica de taracea.
Se trata de una técnica de ebanistería que consiste en incrustar pequeñas piezas de distintos materiales (maderas finas de diferentes colores, hueso o marfil) en la madera base para crear patrones decorativos. En concreto, esta pieza combina un armazón de madera noble (probablemente nogal) con incrustaciones de distintas maderas finas y hueso. La ejecución es de una finura excepcional, creando complejos motivos de lacería (patrones geométricos de líneas entrelazadas) y estrellas.
El bargueño presenta dos puertas centrales. Cada puerta está dominada por un gran motivo de estrella de ocho puntas, un diseño clásico del arte islámico y mudéjar. Estas estrellas están realizadas en taracea de material claro hueso sobre un fondo de madera oscura, y a su vez están enmarcadas por elaboradas grecas y motivos geométricos.
Los costados del mueble repiten la calidad decorativa, con un motivo de estrella diferente, de carácter más floral, también incrustado.
La parte superior está coronada por una galería o crestería calada. Se compone de pequeños pináculos torneados y arcos decorativos que recuerdan a los remates decorativos de la arquitectura nazarí. El bargueño descansa sobre pies de bola achatados, también decorados con taracea.
El interior confirma la riqueza de la pieza, acentuándose el "horror vacui" típico de este estilo. La hornacina central con arco lobulado imita un mihrab o arco del Patio de los Leones. Una tracería de hueso o marfil orla el arco
La organización en múltiples cajones de distintos tamaños con diseños variados (rosetas, arquerías) es la esencia del bargueño. Cada frente de cajón es tratado como un pequeño cuadro de taracea independiente.
La mesa es un soporte diseñado específicamente para el bargueño. Es una pieza arquitectónica en sí misma. Destaca por sus seis patas torneadas y abalaustradas, unidas en la parte superior. Lo más llamativo son los arcos polilobulados que conectan las patas delanteras. Son una referencia directa a los arcos de la Alhambra, creando una sensación de ligereza y elegancia.
Toda la superficie visible de la mesa está profusamente decorada con la misma taracea de estrellas y motivos geométricos que el bargueño.
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