Pareja de lámparas de techo venecianas, mediados del siglo XX.
Cristal de Murano de color ámbar con estructura de metal.
Electrificadas.
Desperfecto en la pieza que toca el techo de una de ellas.
Medidas: 40 x 30 x 30 cm (estructuras de cristal); 140 cm (altura total).
La pareja de lámparas que se licita es un ejemplo de la delicada artesanía italiana. Cada pieza presenta una pantalla de cristal beige soplado a mano encapsulada en una delicada jaula de metal, logrando un equilibrio perfecto entre la elegancia clásica y un carácter industrial sutil.
El alto valor del cristal de Murano se explica por el proceso artesanal y secreto de sus fabricantes. Elaborado en la isla italiana de Murano, este vidrio tiene unas propiedades especiales y ofrece unos colores y formas distintas a las de cualquier otro cristal. La historia de la fabricación del cristal de Murano se remonta hasta el siglo VIII. Hacia el siglo XII Venecia se había vuelto sumamente popular por su fino vidrio. Para mantener único y rentable el negocio de la fabricación de vidrio, se aprobó una ley en 1271 que establecía que no se podía importar cristal extranjero para la fabricación y no se podían contratar trabajadores del vidrio extranjeros. No obstante, en el siglo XIII todos los hornos de fabricación de cristal se trasladaron por ley de Venecia a Murano, debido a que los fuegos en ellos suponían un gran riesgo para las estructuras de madera de Venecia. En combinación, estas dos leyes aseguran que el cristal de Murano sea único aún hoy; creado por artistas y artesanos de un pequeño grupo de islas en Italia. Los secretos de la elaboración de vidrio han pasado de padres a hijos y de maestros a aprendices.
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