Espejo ornamental modernista, hacia 1900.
Terracota patinada.
Medidas: 83 x 35 x 26 cm.
Espejo ornamental modernista con estructura escultórica, con la figura en bulto redondo de una elegante y bella dama de aspecto estilizado y grácil, sosteniendo la luna del espejo como si se tratase de un abanico oriental. La mujer es considerada en el Art Nouveau, por influencia de la literatura simbolista, como un ser de transformación y metamorfosis, y por ello suele ser reflejada con extrema fantasía, siendo asociada a lo sobrenatural y lo desconocido. Lo femenino se asocia íntimamente con la parte oculta de la naturaleza, con lo misterioso y por tanto atrayente y seductor. La mujer frágil, de hombros estrechos y figura estilizada, como una ninfa o sílfide atrae al hombre de forma inexorable hacia la perdición. Se la concibe, por tanto, como una figura contradictoria, exótica y débil en apariencia pero demoníaca en esencia.
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