Caja-joyero; Francia, c.1900.
Bronce dorado, plata y placar de porcelana esmaltada de Limoges.
Interior forrado en seda.
Presenta inscripción,
Conserva llave.
Medidas: 27 x 28 x 18 cm.
La pieza destaca por su suntuosa decoración y la calidad de sus materiales. El cuerpo de la caja está ricamente ornamentado con relieves dorados y elementos decorativos rococó, como volutas, querubines alados en las esquinas y patas profusamente talladas en forma de hojas acantadas. En la tapa se alza una imponente figura de león en plata, símbolo de poder y nobleza. Cuenta con una placa de plata con una dedicatoria en alemán. En ella puede leerse que ésta fue un obsequio de la ciudad de Marienbad a Julie Kopacsy por su participación en el festival que tuvo lugar en honor al Sha de Persia.
Los paneles de porcelana de Limoges, finamente esmaltados, representan escenas bucólicas y galantes al estilo del Rococó tardío, con personajes elegantemente vestidos interactuando en un paisaje pastoril. Estos esmaltes de Limoges eran altamente valorados por su detallismo, riqueza cromática y la maestría técnica que representaban.
Este tipo de joyeros no sólo eran objetos funcionales para guardar piezas preciosas, sino que también eran símbolos de estatus y buen gusto, típicos de la alta sociedad europea de la Belle Époque. Su elaboración requería la colaboración de múltiples artesanos especializados: broncistas, plateros, pintores sobre porcelana, entre otros, lo que los convierte en verdaderas obras de arte aplicadas.
Además, los joyeros como este reflejan el refinamiento artístico de la época y la admiración por el arte decorativo del siglo XVIII, que fue revivido con gran esplendor en el siglo XIX.