Conjunto de tres cajas de instrumentos de dibujos y compases. Centroeuropa, segunda mitad del siglo XIX.
Acero, latón y madera.
Completa.
Con su caja de madera forrada en tela simulando piel, con desgaste.
Presenta marcas de uso, desgate. Falta una pequeña llave en una de ellas.
Medidas: 2 x 21 x 9,5 cm (mayor).
Tres cajas completas de instrumentos de dibujo técnico en sus estuches originales. Entre los instrumentos conservados, algunos de ellos con mango de madera, se identifican diversos tipos de compases, extensores y piezas intercambiables.
Este conjunto representa una pieza de patrimonio técnico, no solo por su calidad de fabricación y completitud, sino también como testimonio material del auge del dibujo técnico como disciplina fundamental en la ingeniería, arquitectura y educación técnica de la época.
La extensa historia del compás comienza en la Antigua Grecia, cuando este utensilio fue utilizado como elemento clave de demostraciones geométricas y matemáticas. Hasta ese momento, culturas anteriores como los egipcios se habían bastado de cuerdas tensas para trazar círculos. Posteriormente, otras culturas emplearon este valioso instrumento como fuente de creación, desde los romanos hasta la época Renacentista. Sin embargo, el verdadero auge del compás llegó en el siglo XVII, cuando aparecieron los primeros talleres dedicados a la fabricación de instrumentos científicos y de precisión, que produjeron compases incluso decorados artísticamente. El desarrollo de la navegación y la introducción del dibujo técnico en numerosas formaciones académicas llevó a que este instrumento tuviera cada vez más relevancia, convirtiéndose en un elemento indispensable en el día a día de estos profesionales. A su vez, los avances de la mecánica de precisión en los siglos XVIII y XIX permitieron la aparición de empresas especializadas en la fabricación de compases, cada vez más industrializadas.