Pipa de tabaco, tallo y boquilla; Europa Central, c. 1850.
Seafoam "Meerschaum", plata punzonada, madera y hueso.
Presenta punzones.
Medidas: 9 x 10 x 4,5 cm; 34 cm.
Pipa de tabaco que conserva el vástago y la boquilla. La pieza destaca por los detalles tallados, tanto en el vástago, que alterna la bicromía de los materiales, como en la cazoleta que tiene forma de dragón.
La espuma de mar, o espuma de mar (sepiolita), ha sido muy apreciada en la fabricación de pipas de fumar desde el siglo XVIII debido a sus propiedades físicas y estéticas. Este mineral, de origen sedimentario y estructura porosa, es especialmente apreciado por su capacidad para absorber la humedad y los residuos del tabaco, lo que se traduce en un humo más seco, fresco y suave. Además, su ligereza y facilidad de tallado permiten crear formas muy ornamentales, lo que ha elevado su estatus como material favorito para la elaboración de pipas artísticas. En museos y colecciones privadas, las pipas de espuma de mar destacan como piezas representativas de la artesanía europea de los siglos XIX y XX, cargadas de valor histórico y cultural.
Las pipas, en particular, han sido consideradas verdaderas piezas de arte y testimonio material de épocas y estilos. Fabricadas en diversos materiales, muchas de ellas reflejan la estética, la tecnología y los valores de las sociedades que las produjeron. Su cuidada fabricación y su diseño ornamental convirtieron a algunas de ellas en objetos de lujo.
Hoy en día, más allá del debate en torno al consumo de tabaco y sus efectos, las pipas representan un campo de interés para coleccionistas, antropólogos y museólogos. Su valor reside no sólo en su rareza o antigüedad, sino también en lo que revelan sobre las prácticas cotidianas, la evolución del diseño industrial y la historia del consumo. Así, estos objetos trascienden su función original para convertirse en portadores de memoria cultural.