Pipa de tabaco, vástago y boquilla, Imperio Austriaco, c. 1840.
Espuma de mar “Meerschaum”, plata punzonada y madera.
Presenta punzones de ley y artífice.
Medidas: 12,5 x 12,5 x 4,5 cm; 32 cm (largo).
La espuma de mar, o meerschaum (sepiolita), ha sido ampliamente valorada en la fabricación de pipas de fumar desde el siglo XVIII debido a sus propiedades físicas y estéticas. Este mineral, de origen sedimentario y estructura porosa, es especialmente apreciado por su capacidad para absorber la humedad y los residuos del tabaco, lo que proporciona una fumada más seca, fresca y suave. Además, su ligereza y facilidad para el tallado permiten la creación de formas altamente ornamentales, lo que ha elevado su estatus como material predilecto para la elaboración de pipas artísticas. En colecciones museográficas y privadas, las pipas de espuma de mar destacan como piezas representativas de la artesanía europea del siglo XIX y XX, cargadas de valor histórico y cultural.
Las pipas, en particular, han sido consideradas verdaderas piezas de arte y testimonio material de épocas y estilos. Elaboradas en diversos materiales, muchas de ellas reflejan la estética, la tecnología y los valores de las sociedades que las produjeron. Su manufactura cuidadosa y diseño ornamental convirtieron a algunas en objetos de lujo.
Hoy en día, más allá del debate en torno al consumo de tabaco y sus efectos, las pipas representan un campo de interés para coleccionistas, antropólogos y museólogos. Su valor reside no solo en su rareza o antigüedad, sino en lo que revelan sobre las prácticas cotidianas, la evolución del diseño industrial y la historia del consumo. Así, estos objetos trascienden su función original para convertirse en portadores de memoria cultural.