PABLO PICASSO (Málaga, 1881 – Mougins, Francia, 1973).
“Minotauro moribundo“, "Suite Vollard", 1933.
Grabado al aguafuerte sobre papel verjurado Montvalt.
Firmado a mano y en plancha firmado y fechado.
Procedencia: Galería Silvia Sennacheribbo.
Referenciado en la Suite Vollard: Ref. 197.
Medidas: 19,6 x 27,5 cm (huella); 34,3 x 44,7 cm (papel), 53 x 63 cm. (marco).
En común acuerdo de historiadores y especialistas, La Suite Vollard es considerada la obra cumbre del grabado del siglo XX. La Suite Vollard es fruto de momentos intensamente creativos en los que Picasso, a modo de diario gráfico, fue desarrollando sus obsesiones en temas de amor, deseo y miedos existenciales. La edición definitiva de la serie comenzó a estamparse en 1939, antes de la muerte de Vollard en julio de ese mismo año. Una vez concluida la tirada, las estampas pasaron, junto a otras series inéditas, a los almacenes del marchante francés. Los cobres de la Suite Vollard fueron mostrados por primera vez en 1979 en la exposición que tuvo lugar en el Museo de Arte Moderno de la Villa de París, de donde pasaron a formar parte de los fondos del Museo Picasso de París. En toda la Suite Vollard la protagonista principal es Marie-Thérèse Walter, el gran amor de Picasso de los años treinta. A partir de 1932 el interés en ella como modelo se incrementó, aparece con tanta frecuencia en sus pinturas, dibujos, estampas y esculturas, en sus distintos estados de ánimo y formas, que podemos considerarla la gran heroína del mundo ficticio de Picasso. Atrapado entre la cólera de su esposa Olga y su pasión por Marie-Thérèse, Picasso lo llegó a considerar el peor momento de su vida. En muchas estampas de los años treinta, todos los personajes femeninos son el retrato de la joven.
Marie-Thérèse para Picasso fue la antítesis de la muerte, la plenitud de la vida, el ardor del amor juvenil, la mujer-niña y la encarnación de su ideal pictórico proclamado ya en las neoclásicas figuras femeninas de los años veinte.
La Suite Vollard constituye un claro testimonio de la destreza de Picasso como dibujante. Las cien estampas cubren una gran variedad de temas en el universo de Picasso. La serie es una parte considerable de la producción grafica de Picasso de 1930 a 1937, y muchas de las obras que no se incluyeron en ella tienen temas similares. Cada una de las estampas se hacen comprensibles cuando son analizadas en el contexto de la serie en su totalidad: son los temas y motivos que preocuparon a Picasso los que imparten unidad y coherencia a las estampas. Los grandes temas son: la pasión amorosa personificada en la modelo, su relación con los artistas del pasado y del presente y hasta que punto puede considerarse la actividad creativa como algo divino. Las dos encarnaciones preferentes del artista son como escultor clásico y como minotauro, personalidades opuestas que conforman una dicotomía tipológica comparable con la antítesis apolínea-dionisiaca de Nietzche. En las estampas se fusiona, en ocasiones, un estilo lineal de tipo apolíneo con trazos oscuros y barrocos, de ímpetu dionisíaco.
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