Atribuido a DIRK BOUTS (Haarlem, c. 1410/1420 - Lovaina, 1475), siglo XV.
“San Jerónimo penitente”.
Óleo sobre tabla. Engatillada.
Presenta restauraciones.
Medidas: 77,5 x 59 cm; 94 x 76 cm (marco).
En esta obra el artista revela un excepcional sentido del dibujo a través del cual ha descrito la anatomía del santo, mostrando una gran precisión. Especialmente lograda en la captación anatómica que se revela a través del pecho definido por unos músculos delgados, los cuales dejan entrever la vida del santo como eremita. Su anatomía presenta cierto alargamiento de las formas, que hacen destacar en especial las manos, rotundas, pero a su vez definidas y refinadas. El rostro también revela dicho cuidado técnico, que queda determinado por el tratamiento de las arrugas y las bolsas que se aprecian bajo los expresivos ojos del santo. Destaca a su vez el detalle con el que se ha pintado el cabello, del cual se observa cada pelo que forma parte de la barba. Mostrando así el interés del artista por captar una realidad casi microscópica. La escena se desarrolla en un paisaje concebido en profundidad en cuya zona derecha se puede aprecia la silueta de varios personajes y el león, en alusión a la leyenda del protagonista principal que se encuentra situado en primer plano. San Jerónimo sostiene una piedra en la mano con la que se va a golpear el pecho, mientras que junto a él, descansan la calavera, el león que le mira atentamente, y sus ropajes rojos colgados, que le identifican como cardenal. Este protagonismo de los detalles y las calidades es un rasgo característico de la escuela flamenca. Dicha afirmación sumada al hieratismo y rotundidad de la figura, invitan a pensar en composiciones estéticas cercanas al pintor Dirk Bouts.
Bouts pudo haber estudiado con Rogier van der Weyden, y su trabajo fue influenciado por van der Weyden y Jan van Eyck. Trabajó en Lovaina desde 1457 (o posiblemente antes) hasta su muerte en 1475. Poco se sabe de este artista. La nota biográfica que le dedicó Carel van Mander (1604) es, según admite el propio autor, muy incompleta. En 1468 fue nombrado pintor oficial de la ciudad de Lovaina, cerca de Bruselas. Es famoso por sus numerosas pinturas religiosas, en particular la Virgen y el Niño. Utilizaba, la mayor parte del tiempo, soportes de madera sobre los que pintaba al óleo. Su dominio de la perspectiva es visible en los escenarios precisos en los que los personajes encajan con perfecta coherencia. Cabe destacar que Bouts fue uno de los primeros pintores del norte en demostrar el uso de un único punto de fuga.
“San Jerónimo penitente”.
Óleo sobre tabla. Engatillada.
Presenta restauraciones.
Medidas: 77,5 x 59 cm; 94 x 76 cm (marco).
En esta obra el artista revela un excepcional sentido del dibujo a través del cual ha descrito la anatomía del santo, mostrando una gran precisión. Especialmente lograda en la captación anatómica que se revela a través del pecho definido por unos músculos delgados, los cuales dejan entrever la vida del santo como eremita. Su anatomía presenta cierto alargamiento de las formas, que hacen destacar en especial las manos, rotundas, pero a su vez definidas y refinadas. El rostro también revela dicho cuidado técnico, que queda determinado por el tratamiento de las arrugas y las bolsas que se aprecian bajo los expresivos ojos del santo. Destaca a su vez el detalle con el que se ha pintado el cabello, del cual se observa cada pelo que forma parte de la barba. Mostrando así el interés del artista por captar una realidad casi microscópica. La escena se desarrolla en un paisaje concebido en profundidad en cuya zona derecha se puede aprecia la silueta de varios personajes y el león, en alusión a la leyenda del protagonista principal que se encuentra situado en primer plano. San Jerónimo sostiene una piedra en la mano con la que se va a golpear el pecho, mientras que junto a él, descansan la calavera, el león que le mira atentamente, y sus ropajes rojos colgados, que le identifican como cardenal. Este protagonismo de los detalles y las calidades es un rasgo característico de la escuela flamenca. Dicha afirmación sumada al hieratismo y rotundidad de la figura, invitan a pensar en composiciones estéticas cercanas al pintor Dirk Bouts.
Bouts pudo haber estudiado con Rogier van der Weyden, y su trabajo fue influenciado por van der Weyden y Jan van Eyck. Trabajó en Lovaina desde 1457 (o posiblemente antes) hasta su muerte en 1475. Poco se sabe de este artista. La nota biográfica que le dedicó Carel van Mander (1604) es, según admite el propio autor, muy incompleta. En 1468 fue nombrado pintor oficial de la ciudad de Lovaina, cerca de Bruselas. Es famoso por sus numerosas pinturas religiosas, en particular la Virgen y el Niño. Utilizaba, la mayor parte del tiempo, soportes de madera sobre los que pintaba al óleo. Su dominio de la perspectiva es visible en los escenarios precisos en los que los personajes encajan con perfecta coherencia. Cabe destacar que Bouts fue uno de los primeros pintores del norte en demostrar el uso de un único punto de fuga.