Seguidor de JOSÉ DE RIBERA (Xátiva, Valencia, 1591 – Nápoles, 1652), circa de 1900.
“San Andrés”.
Óleo sobre lienzo.
Posee marco de gran calidad.
Medidas: 101 x 75 cm; 128 x 100 cm (marco).
Obra del siglo XX que sigue fielmente la pintura de José Ribera “San Andrés”, que pertenece a la colección del Museo del Prado. Andrés fue el primer apóstol llamado por Jesús, por lo que fue denominado por los griegos Protokletos, “el primer llamado”. Hermano de Simón Pedro y, como él, pescador de Galileo, su nombre es griego y no hebreo, y significa viril. En los Evangelios se le menciona dos veces: a propósito de las vocaciones de los dos primeros apóstoles, y en el episodio de la multiplicación de los panes y los peces. Su leyenda procede de los hechos aprócrifos, y según ella habría sido designado, tras la muerte de Jesús, para evangelizar la Escitia, es decir, la actual Rusia. Mientras predicaba allí, se le apareció un ángel que le dijo “Ve hacia Mateo”; entonces fue guiado milagrosamente hasta Etiopía, donde San Mateo había sido cegado y encarcelado. Las puertas de la prisión se abrieron ante Andrés, y éste se puso a orar frente a Mateo, tras lo cual el preso recuperó la visión. Cumplida su misión, llegó a Grecia y luego a Asia Menor, donde habría realizado una serie de milagros. Finalmente halló la muerte en Patras, en el Peloponeso, donde el procónsul Egeas lo hizo azotar con varas por predicar la desobediencia al emperador, y luego ordenó que lo ataran con cuerdas a una cruz en forma de “X”, donde murió al tercer día. El atributo más popular de San Andrés es precisamente esta cruz, si bien hasta el siglo XV la mayoría de las veces es representado crucificado en una cruz normal. En ocasiones se usa como segundo atributo una red llena de peces, dado que fue adoptado como patrón por los pescadores de agua dulce, los pescaderos y los cordeleros que proporcionaban a los pescadores cuerda para las redes. Con el tiempo se convertirá además en patrono de Grecia y Rusia.
Pintor clave perteneciente a la generación José de Ribera es de los grandes maestros del Siglo de Oro, formado en Italia de manera autodidacta. Su primer contacto con el naturalismo tuvo lugar con su llegada en 1615 a Roma, ciudad donde entra en contacto con los caravaggistas nórdicos, de los que adopta la técnica lisa y apurada, el feísmo y el dibujo riguroso, características que configuran su estilo en su etapa romana. Sin embargo, en 1616 marcha a Nápoles y se instala allí de forma definitiva. En esta ciudad Ribera se erigirá en cabeza del grupo de naturalistas napolitanos, y en torno a él se creará un importante círculo de pintores. Pese a estar en Italia, Ribera enviará numerosas obras a España, por lo que su lenguaje será clave para la formación del barroco en nuestro país. Su obra traerá el tenebrismo y, posteriormente, el pleno barroco, mucho antes de que éste llegará de forma directa a España, influyendo así a las nuevas generaciones de pintores.