Escuela holandesa o flamenca; finales del siglo XVIII.
“Batalla”.
Óleo sobre tabla de roble.
Presenta restauraciones.
Posee etiqueta informativa al dorso.
Conserva firma ilegible.
Medidas: 47 x 64 cm; 66 x 80 cm (marco).
En este lienzo se representa un tema histórico, una violenta batalla en un escenario natural dominado por un cielo que determina una iluminación grisácea y plomizo, de brillos y medias sombras. En el centro de la escena un personaje y su caballo, ambos abatidos, están siendo avasallados por un hombre que monta a caballo y que parece ser el protagonista de la escena, ya que la caballera situada en segundo plano, se sitúa en gran medida tras su figura, aunque en la escena se pueden apreciar otros grupos de soldados, estructurados en varios planos sucesivos de tal manera que aumentan la sensación espacial de la pintura.
Como es habitual en la representación de este tipo de temática se trata de una escena aparentemente caótica, aunque rigurosamente estudiada, que refleja con naturalismo el fragor de la lucha, la violencia del enfrentamiento, una violencia que se refleja también en el propio cromatismo, cálido y encendido. Mientras que en el siglo XVII la demanda de arte religioso para las iglesias cesaba radicalmente en las provincias del norte, la actual Holanda, en Flandes florece en cambio un arte monumental al servicio de la Iglesia católica, en parte debido a la necesaria restauración de los estragos que las guerras habían causado en iglesias y conventos. En el terreno del arte profano, los pintores flamencos trabajan para la corte en Bruselas y también para las demás cortes de Europa, produciendo una pintura con temas clásicos, mitológicos e históricos que había de decorar brillantemente los Reales Sitios de España, Francia e Inglaterra. Así, proliferarán las obras de mediano y pequeño formato, de distintas temáticas perfectamente enmarcadas en un amplio abanico de géneros, tratados por pintores especializados que, a menudo, colaboraban en una misma obra.