Escuela francesa del siglo XVII.
Atribuido a JEAN-BAPTISTE DE CANY (París, 1671-1707).
"María Magdalena Penitente".
Óleo sobre cristal.
Con marco original en carey.
Medidas: 24,5 x 19 cm.; 35 x 30,5 cm. (marco).
Pintura de escuela barroca y periodo barroco, una época en la que dentro del género de pintura religiosa María Magdalena ocupó un lugar preferente porque permitía al artista explorar plásticamente la sensualidad y la mística al mismo tiempo. Aquí, la santa sostiene un frasco de ungüento y luce una brillante cabellera que cae sobre los hombros como cascadas doradas. El tarro de ungüento es su atributo tradicional por referir el capítulo en que ungió los pies de Jesús con aceite (un episodio en el se confunden las figuras de Magdalena y María de Betania). La pintura se atribuye a Jean-Baptiste De Cany, quien se especializó en retratos y temática religiosa. Perteneció a una familia de pintores y escultores. Fue discípulo de Laurent de La Hyre. Un dibujo suyo con el tema de "La Visitación" se conserva en el Louvre (inv. 25137).
María Magdalena es mencionada en el Nuevo Testamento como una distinguida discípula de Cristo. De acuerdo con los Evangelios, alojó y proveyó materialmente a Jesús y sus discípulos durante su estancia en Galilea, y estuvo presente en la Crucifixión. Fue testigo de la Resurrección, así como la encargada de transmitir la noticia a los apóstoles. Se la identifica también con la mujer que ungió con perfumes los pies de Jesús antes de su llegada a Jerusalén, por lo que su atributo iconográfico principal es un pomo de esencias, como el que aquí aparece. En solitario, María Magdalena suele representarse como aquí vemos, haciendo penitencia en el desierto, arrepentida de sus pecados pasados. La historia de esta santa sirve de ejemplo del perdón de Cristo, y transmite el mensaje de la posibilidad de redención del alma a través del arrepentimiento y la fe.