Escuela sevillana, siglo XVII.
"Inmacula Concepción".
Óleo sobre tela.
Presenta craquelé.
Medidas. 55 x 37,5 cm.; 63,5 x 46 cm. (marco).
La Virgen, en su advocación de Inmaculada, presenta en este cuadro de escuela barroca una clara influencia murillesca. Ello se aprecia en las gamas algodonosas de la pincelada y en la redondez de los rasgos aniñados de María. Viste, de acuerdo con la iconografía ortodoxa, un manto azul y una túnica blanca (colores que simbolizan pureza y eternidad, respectivamente). Une sus manos en oración y posa sus pies sobre una nube sorteada de querubines. Luces de esencia sobrenatural rodean la figura y a modo de rompimiento de gloria asoman entre las nubes doradas otros dos serafines. Por lo demás, la efigie ha sido desprovista de su iconografía característica (como la media luna), buscándose sustraer la imagen de lo superfluo.