Escuela italiana; siglo XVIII.
“Virgen”.
Óleo sobre lienzo.
Posee marco del siglo XIX con faltas.
Medidas: 42 x 36 cm; 55 x 49 cm (marco).
En esta compasiva imagen, la Virgen protagoniza una escena devocional, que trata de despertar los sentimientos más tiernos del fiel, a través de la postura que ha elegido el autor, los colores pastel y la composición. En el centro de la escena el busto largo de la Virgen, se antepone ante un fondo neutro de tonalidades doradas. La Virgen lleva sus manos al pecho, e inclina su rostro levemente hacia arriba, seguramente dirigida hacia el Arcángel Gabriel, actualmente ausente de la composición. Lo más destacable de la representación de la Virgen es que esta, esboza un gesto de maravilla o de satisfacción habitual en las escenas de la Anunciación. Es posible que en origen la Virgen y Gabriel hubieran ocupado una pareja de lienzos independientes destinados a formar un díptico. La Virgen viste, como es habitual, a la romana, con una túnica blanca y manto azul, colores que poseen una gran carga iconográfica, ya que asociados a la vestimenta de la Virgen, aluden a la verdad y la universalidad. Las ropas se han tratado con pliegues dinámicos, naturalistas, de formas ondulantes y suaves. En cuanto a la iluminación, la pieza presenta un foco de luz, que incide directamente en el rostro de María, un recurso que se potencia a través del uso de un tono claro para la piel.
La Anunciación es un episodio muy representado a lo largo de la Historia del Arte cristiano, dado que es uno de los principales dogmas de la iglesia, el de la Encarnación. Asimismo, se incluye tanto en el ciclo de la vida de Cristo como en el de la vida de la Virgen, por lo que cobra un renovado sentido también como episodio narrativo. Respecto a la temática alusiva a la Virgen de la Anunciación, la tradición iconográfica recoge una escena más narrativa, en la cual el Arcángel San Gabriel se presenta a la Virgen, para trasladarle la noticia de que está embarazada. Normalmente la Virgen se sitúa tras un altar o mesa, donde suele disponerse un libro o lirios blancos, atributos iconográficos asociados a la Virgen. Sin embargo, a lo largo de los siglos los elementos comenzaron a reducirse como se puede apreciar en importantes obras que recogen la misma iconografía de la anunciación, basada exclusivamente en la representación de la Virgen.
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