Escuela flamenca; c.1600.
“Virgen con Niño”.
Óleo sobre tabla de pino. Engatillada.
Medidas: 61 x 50 cm.
La Virgen, joven de cabellos doraros, mira embelesada a su hijo que recostado sobre almohadones dirige la mirada hacia al espectador. Su actitud despreocupada e infantil, contrasta con la seriedad que demuestra el rostro dulce de la Virgen, quien delicadamente toca uno de los pequeños pies de su hijo, mientras que con la otra mano sostiene una flor roja. Una flor que forma parte de un conjunto mayor de flores, cuyos colores no son ajenos al mensaje cristianado, anunciando así la pureza representada por el blanco y la pasión del intenso rojo de los pétales. El autor cuida las veladuras y las transparencias para describir la finura del velo mariano que destaca por su calidad y delicadeza. Intensos contrastes lumínicos modulan los rostros, cuyas blancas carnaciones parecen desprender luz propia.
Durante el siglo XV la influencia de la escuela pictórica flamenca fue clave en el desarrollo del arte europeo, y de manera especial en España, ligada a los Países Bajos por lazos políticos y económicos. En ese momento, los pintores flamencos sentaron un modelo estilístico basado en la búsqueda de la realidad, centrándose en la plasmación de las calidades de los objetos, otorgando una especial importancia a los detalles secundarios y utilizando una técnica lisa y dibujística. En el siglo XVI, a raíz de la introducción de las novedades del renacimiento italiano, el estilo flamenco evoluciona hacia un sentido más clásico y escultórico, conservando sin embargo sus características propias. Este cambio se traslada también a la escuela hispano-flamenca, que cuenta además con cauces de penetración del estilo italiano independientes.