Escuela española o flamenca: principios del siglo XVII.
“Sagrada Familia”.
Óleo sobre tabla.
Posee marco de principios del siglo XX.
Medidas: 59 x 49 cm; 83 x 73 cm (marco).
Este óleo sobre tabla representa una escena de la Sagrada Familia con una composición cargada de simbolismo y una ejecución técnica propia del Barroco. La imagen muestra a la Virgen María sosteniendo al Niño Jesús, con san José en un segundo plano observando la escena como es habitual. Mientras que a los pies de Jesús se sitúa san Juanito.
La representación de la Sagrada Familia fue un tema recurrente en la pintura barroca flamenca, ya que combinaba la devoción católica con una expresividad que apelaba a la sensibilidad del espectador. En este caso, la escena transmite una sensación de serenidad y calidez familiar, donde la Virgen sostiene al Niño con ternura mientras san José observa con una expresión contemplativa.
El Niño Jesús aparece desnudo, un recurso iconográfico frecuente en el arte cristiano para enfatizar su humanidad y pureza. Su gesto, extendiendo el brazo hacia su madre, refuerza el vínculo maternal y añade dinamismo a la composición. En la mano de María, una fruta, posiblemente una manzana, sugiere una alusión al pecado original y la redención traída por Cristo.
En esta obra, el manejo de la luz es clave para resaltar las figuras principales, creando un contraste con el fondo más oscuro y reforzando el dramatismo típico del Barroco. La iluminación cálida en torno a los rostros de la Virgen y el Niño les confiere un halo sutil que enfatiza su santidad. El tratamiento de las telas, los pliegues en la vestimenta de María, con tonos rojos y azules ricamente saturados, demuestran un gran dominio del claroscuro y la textura. Esta obra es un ejemplo excelente de la síntesis entre la devoción y la estética refinada que caracterizó la pintura en el siglo XVII. La riqueza cromática, el manejo de la luz y la emotividad en la representación de la Sagrada Familia hacen de esta pintura una pieza de gran valor tanto artístico como espiritual.