Escuela italiana; mediados del siglo XVIII.
“Retrato de Reina”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Posee marco del siglo XIX.
Medidas: 82 x 66,5 cm; 105 x 90 cm (marco).
Este retrato de una reina perteneciente a la escuela italiana de mediados del siglo XVIII presenta una composición refinada y representativa de los códigos visuales del retrato cortesano de la época. La figura femenina, tratada con majestuosa elegancia, viste un suntuoso chal de pelo de armiño que reposa sobre un manto de terciopelo azul, símbolo de poder y dignidad real. El vestido, de tono rosado, está ricamente ornamentado con pedrería en el escote y en las mangas, lo que acentúa el carácter ornamental y ceremonial de la indumentaria. La peluca blanca, remite al gusto rococó por la sofisticación y el artificio. El conjunto estilístico de la obra se apoya en un uso contenido del claroscuro, con una luz suave que modela con delicadeza los volúmenes, y una atención minuciosa al detalle que denota la destreza técnica del pintor.
La escuela italiana del siglo XVIII, aunque eclipsada en ocasiones por la prominencia francesa en los ambientes cortesanos europeos, mantuvo una fuerte tradición en el arte del retrato gracias a su herencia clasicista y a la continuidad del mecenazgo aristocrático y pontificio. En este contexto, el retrato no solo funcionaba como afirmación del estatus social, sino también como vehículo de proyección política y cultural. Artistas italianos de la época combinaron el legado de la pintura renacentista y barroca con las nuevas sensibilidades del rococó, ofreciendo representaciones que, como en este caso, equilibran la idealización con una observación aguda de lo real. La calidad artística del retrato reside en su virtuosismo técnico, la sutil psicología del rostro y la riqueza decorativa que, sin caer en la teatralidad, refleja el refinamiento visual característico de la escuela italiana en su fase final de esplendor.