Escuela flamenca; ultimo tercio del siglo XVI.
“Natividad”.
Óleo sobre tabla.
Medidas: 67,5 x 50 cm; 80 x 63,5 cm (marco).
La escuela flamenca de finales del siglo XVI se distingue por su altísima calidad artística, resultado de una síntesis entre la tradición gótica tardía y la innovación renacentista italiana, adaptada con un refinado sentido del detalle y una profunda sensibilidad espiritual. Artistas como Pieter Bruegel el Viejo y sus sucesores sentaron las bases de una pintura rica en simbolismo, minuciosidad técnica y complejidad compositiva. Dentro de este contexto, la Natividad emerge como un tema central, no solo por su importancia religiosa, sino por su capacidad para condensar el ideal devocional y narrativo de la época. Las representaciones del nacimiento de Cristo en la escuela flamenca destacan por su ambientación cotidiana, la humanización de los personajes y la utilización magistral de la luz para evocar lo divino, lo que confiere a estas escenas una intensidad emocional y un realismo íntimo que trasciende lo meramente litúrgico, conectando lo sagrado con la experiencia visual del espectador.
La Natividad de Cristo fue uno de los temas más significativos y reiterados en la pintura italiana del siglo XVI, enraizado profundamente en la tradición cristiana occidental y vinculado al culto de la Encarnación, dogma central del catolicismo. Su representación hunde sus raíces en los relatos evangélicos, principalmente en los textos de san Lucas y san Mateo, así como en las visiones piadosas difundidas por los apócrifos y la literatura devocional medieval, como la obra de san Buenaventura o los escritos de santa Brígida de Suecia. Durante el Renacimiento, el tema adquirió una nueva dimensión visual al ser reinterpretado con sensibilidad humanista: la escena del nacimiento del Salvador se convirtió no solo en un ejercicio de fe, sino también en una oportunidad para explorar la belleza del cuerpo humano, la profundidad emocional de la maternidad y la armonía del entorno natural.