Escuela italiana; siglo XVIII.
“Diana sorprendido por un sátiro”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta restauraciones.
Medidas: 44 x 87 cm.
El cuadro parece representar el momento en el que, después de una cacería, Diana y una de sus ninfas caen exhaustas y se quedan dormidas. Mientras duermen, aparece un sátiro que las sorprende en ese estado tan vulnerable. En la pintura, Diana se recuesta sobre un árbol casi sin ropa, a excepción de un manto azul que le cubre el regazo. Junto a ella se encuentra el sátiro, una criatura masculina mitad hombre mitad carnero, con orejas puntiagudas y cuernos; los sátiros solían acompañar al dios Pan y muchas veces vagaban por bosques y montañas; además, perseguían incesantemente a las ninfas para aplacar su deseo sexual. El sátiro, con un dinamismo que se contrapone a la figura estática de Diana, y este parece estar preparado para retirar el manto que cubre a la diosa.
Formalmente se inscribe dentro del academicismo, y sigue por tanto normas clásicas de las cuales la primera es la gran calidad técnica. Así, el dibujo es riguroso y firme, aunque se aprecia en la concepción una gusto por lo suntuoso, típico de la escuela veneciana. El academicismo es herencia directa del clasicismo, y de ahí la predilección por temas como el que aquí presentamos, tomado de la mitología, si bien captado desde un punto de vista sensual y decorativo alejado de la solemnidad del arte clásico antiguo. De ahí también la forma de abordar el tema, recreando las figuras mitológicas de un modo totalmente nuevo. No obstante, se aprecia un ideal de belleza que no parte de la realidad, aunque es innegable el estudio del natural por parte del pintor, sino que resulta un idealismo con base en la realidad por su suma de experiencia, es decir, una sublimación estética que refleja una belleza que trasciende la realidad.