Escuela manierista; segunda mitad del siglo XVI.
“La asunción de la Virgen”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta faltas en la superficie pictórica.
Posee marco del siglo XIX.
Medidas: 138 x 103 cm; 151 x 116 cm (marco).
Perteneciente a la escuela manierista de la segunda mitad del siglo XVI, esta pintura representa con extraordinaria intensidad dramática y estilística el tema de la Asunción de la Virgen, uno de los motivos más sublimes y venerados del arte sacro cristiano. Esta escena muestra el momento en que la Virgen María, tras su dormición, es elevada en cuerpo y alma al cielo, asistida por ángeles y observada desde la tierra por los apóstoles, que rodean su sepulcro vacío.
La composición está claramente dividida en dos registros: el terrenal, en la parte inferior, y el celestial, en la superior. En la zona inferior, los apóstoles reaccionan con asombro, devoción y emoción ante el milagro que presencian. Sus rostros expresivos, los gestos teatrales de manos y brazos, y la variedad de actitudes reflejan el carácter emocional y plástico del manierismo, estilo que buscaba ir más allá del equilibrio renacentista mediante la intensificación del movimiento, el alargamiento de las proporciones y la complejidad compositiva.
En el plano superior, la Virgen María asciende en una espiral de luz y gloria, rodeada de ángeles de vivos colores y expresiones dulces. La figura de María, envuelta en un manto azul oscuro sobre una túnica rosa, presenta un canon estilizado y etéreo, con brazos abiertos y mirada elevada, en un gesto de entrega y trascendencia. Su cuerpo, ligeramente curvado y en contrapposto ascendente, manifiesta la típica elongación manierista, que no busca la veracidad anatómica sino la elegancia mística y simbólica.
La calidad de esta pintura radica tanto en su dominio del color, donde se combinan tonos cálidos y fríos en armonía expresiva, como en la elaboración de la luz, que acentúa el dramatismo de la escena. El juego de claroscuro crea profundidad y guía la mirada del espectador desde la tierra hacia el cielo, desde lo humano hacia lo divino. El manierismo, como puente entre el Alto Renacimiento y el Barroco, encuentra en este tipo de obras un espacio ideal para manifestar su inquietud espiritual y su sofisticación formal.
La relevancia del tema de la Asunción en la historia del arte responde a su profunda carga teológica y simbólica: es la culminación del papel redentor de María y su coronación como Reina del Cielo. La imagen busca suscitar devoción y asombro, pero también reflexión sobre la esperanza de la vida eterna. En este contexto, la escuela manierista ofreció un lenguaje visual especialmente adecuado para captar lo sobrenatural, lo sublime y lo milagroso, apartándose del naturalismo clásico para adentrarse en lo espiritual y visionario.