Escuela italiana; siglo XVIII.
“Virgen del Rosario con santo Domingo de Guzmán”.
Óleo sobre lienzo pegado a tabla.
Posee marco del siglo XIX.
Medidas: 39 x 29 cm; 56 x 47 cm (marco).
En un rompimiento de gloria completamente dorado, el autor divide con una diagonal un espacio celestial y una terrenal. En el cielo dorado, sobre una nube se encuentra la figura de la Virgen, que le ofrece un rosario a santo Domingo. El pequeño Jesús, junto las rodillas de su madre, sostiene parte del rosario.
Fue un tema que ganó popularidad en la pintura. La leyenda narra que la Virgen enseñó a santo Domingo a rezar el rosario en el año 1208, diciéndole que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la fe. Apareciéndose en la capilla en la que el santo rezaba, sosteniendo un rosario en su mano, le enseñó a recitarlo prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias. Efectivamente lo predicó, y con gran éxito, logrando que muchos albigenses volvieran a la fe católica .En la escena, situado en el ángulo inferior izquierdo ha sido representado también un perro portando una antorcha entre sus fauces. Dicha iconografía alude al sueño de la madre de santo Domingo, antes de que este naciera. Al soñar con un perro portando una antorcha saliendo de su vientre, la madre peregrinó al monasterio de Santo Domingo de Silos, para conocer el significado de su sueño. Allí le fue revelado que nacería un niño, al que llamó Domingo, en honor al monasterio.