Escuela española de la segunda mitad del siglo XVIII.
“Virgen”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Marco ca. 1790.
Presenta craqueladuras. Ligeras marcas.
Medidas: 51 x 39 cm; 70 x 43 x 4 cm (marco).
Sobre un fondo oscuro indeterminado se destaca la imagen de María. La Virgen aparece tocada con un velo muy sencillo de tonalidad claras, que casi oculta sus cabellos por completo. Representada muy joven, inclina su cabeza, bajando la mirada y destacando así la virtud de la humildad. La finura de sus rasgos y la belleza de sus proporciones destacan, y son resaltadas aún más gracias al foco de luz blanca que se centra en uno de los lados de la cara de María. La calidad de los tejidos que viste se aprecian en los pliegues de los mismos, finos, muy marcados y con mucha sombra, y con ella se ha querido mostrar un aire de riqueza que queda muy atenuado por la sencillez general de la pintura. En el rostro de la Virgen se aprecia, también, una sombra de tristeza, acentuada por esas vestiduras, lo cual pone en relación a esta obra, en la que el Niño está ausente, con el sufrimiento de Jesús en la Cruz. El arte del siglo XVII gusta de representar sentimientos, y, en este caso, ha logrado mostrar a una niña, María, humilde y totalmente sumisa a la voluntad de Dios. Formalmente se puede relacionar con la pintura de Bayeu o Mengs, es decir, con los modelos estéticos establecidos en la España del siglo XVIII.