Escuela del note de Italia, posiblemente Venecia; siglo XV.
“Virgen con el Niño”.
Óleo sobre tabla.
Posee marco español del siglo XVIII.
Medidas: 25,5 x 19,5 cm; 45,5 x 39 cm (marco).
Ante nuestros ojos se presenta una delicada representación de la Virgen con el Niño, ejecutada en óleo sobre tabla, procedente de la escuela del norte de Italia, posiblemente de Venecia, y fechada en el siglo XV. La composición se organiza en un primer plano donde María y el Niño ocupan un lugar protagónico, enmarcados por un fondo dorado que, más que sugerir un espacio físico, confiere una atmósfera espiritual y simbólica, heredera de las tradiciones bizantinas aún vigentes en el arte veneciano de principios del Renacimiento.
La Virgen aparece representada con una serenidad solemne, que traduce el ideal de pureza y contemplación. Su rostro inclinado transmite recogimiento y ternura, al tiempo que dirige su mirada hacia el Niño, tumbado plácidamente sobre un leve soporte. El cuerpo del infante Jesús, de suave modelado, está delineado con gracia infantil. En sus pequeñas manos sostiene un pájaro, símbolo tradicional del alma y, en particular, del sacrificio: en muchas representaciones, el ave frecuentemente un jilguero prefigura la Pasión, aludiendo a la corona de espinas y a la redención que vendrá.
El fondo dorado que envuelve la escena no es un simple recurso decorativo. Su uso en este contexto denota la trascendencia de la imagen, separando lo terrenal de lo celestial y remitiendo a una dimensión atemporal. Esta técnica, habitual en la tradición italiana anterior al pleno Renacimiento, seguía teniendo una fuerte carga devocional en contextos religiosos, especialmente en Venecia, donde el gusto por lo bizantino perduró más que en otras regiones italianas.
Durante el siglo XV, la escuela del norte de Italia y en particular la veneciana jugó un papel fundamental en la transición del arte gótico internacional hacia los lenguajes renovadores del Renacimiento. Aunque Florencia fue el epicentro de las innovaciones técnicas y del nuevo humanismo pictórico, el norte italiano se destacó por conservar ciertas formas tradicionales, como el fondo dorado o el detallismo minucioso heredado del arte gótico, al tiempo que incorporaba sutilmente las nuevas búsquedas de volumen, naturalismo y profundidad.
La escuela veneciana, influenciada por su contacto con Oriente y por la singular luz de la laguna, desarrolló una sensibilidad particular hacia el color y la atmósfera, que más adelante cristalizaría en artistas como Giovanni Bellini y, en el siglo siguiente, en Tiziano. Obras como esta Virgen con el Niño evidencian una etapa de transición: mantienen los valores simbólicos y devocionales del arte medieval, pero ya anuncian una preocupación por lo humano, por la corporeidad y la emoción íntima, que serán centrales en el arte renacentista.