NICOLAS FOUCHÉ (Troyes, Francia, 1653-París, 1733).
“Retrato de una dama”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Posee desperfectos en el marco.
Medidas: 87 x 72 cm; 96 x 81 cm (marco).
Esta obra es un excelente ejemplo del retrato cortesano desarrollado en el ámbito francés durante el reinado de Luis XIV y la transición hacia el Rococó. La pieza se inscribe dentro de la tradición pictórica barroca tardía, con una clara influencia del refinamiento estilístico característico de la alta sociedad francesa del siglo XVII y principios del XVIII. La figura femenina ocupa el centro de la composición, dispuesta de medio cuerpo, girada levemente hacia su derecha y estableciendo contacto visual con el espectador, lo cual refuerza la intención de capturar no solo la fisonomía, sino también la presencia y el carácter de la retratada. El rostro, de expresión serena y ligeramente sonriente, presenta una complexión sonrosada y juvenil, enfatizada por una delicada iluminación que modela el volumen sin exageraciones dramáticas, típica del retrato de corte francés.
El peinado, elaborado y adornado con pequeñas flores rojas, responde a las modas del momento y refleja el estatus elevado de la dama. El vestido azul intenso con corpiño ajustado y cintas rosadas, así como las mangas abombadas con transparencias y la inserción de encajes, delatan la riqueza textil y la minuciosidad con que el artista trata los detalles.
La mayor parte de lo que sabemos de este artista poco conocido se debe a la enorme cantidad de grabados realizados a partir de su obra. Aparte de los grandes maestros nadie ha sido grabado tanto como él. Como ocurre a menudo, no disponemos de los cuadros originales, ya que muchos de ellos fueron destruidos tras la Revolución Francesa a finales del siglo XVIII. Desgraciadamente todas pasaron a el nombre de «Escuela francesa del s. XVIII». Se sabe muy poco de él, aparte de que nació hacia 1653 en Troyes y era hijo de un pintor hoy olvidado, Leonard Fouche. Parece que llegó a París hacia 1670 y se formó con Pierre Mignard, ya que su recepción como maestro pintor en el gremio de pintores y escultores tuvo lugar el 15 de marzo de 1679.
Fouche fue alumno de Mignard y los 50 años siguientes de su carrera como artista están muy poco documentados, pero consta que trabajó como marchante de cuadros en y el inventario de la herencia del marchante de arte Francois Sucre revela que poseía con Fouché una marina de Claude Lorrain hacia 1705. No parece haber trabajado para la iglesia ni haber participado en grandes proyectos decorativos. El aspecto más interesante de su carrera parece ser, según, que quiso crear objetos de colección, ya que, a excepción de Poussin, Claude o Mignard, los cuadros franceses contemporáneos apenas se coleccionaban en Francia