Escuela española; c. 1810- 1820.
“Retrato de pintor”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta faltas en el marco.
Medidas: 65 x 49 cm; 89 x 64 cm (marco).
Este óleo, realizado en torno a 1810-1820, presenta un retrato de busto largo de un pintor, dispuesto en tres cuartos y capturado en plena acción creativa. La figura masculina aparece con el brazo alzado, sosteniendo con firmeza un pincel, en un gesto que alude de manera directa a su práctica artística. El retratado dirige su mirada con intensidad hacia el espectador, como si se encontrara frente al lienzo que está pintando, implicando a quien observa en el mismo acto de creación que representa la escena. El fondo neutro refuerza la concentración sobre la figura y el gesto, eliminando cualquier elemento anecdótico o distractor.
La composición subraya la dignidad del oficio del artista, en un momento histórico en el que los pintores comenzaban a ocupar un lugar más reconocido en la escala social, abandonando gradualmente su condición de simples artesanos para afirmarse como intelectuales y creadores. Este retrato, por su lenguaje sobrio y directo, se inscribe en la tradición del autorretrato o del retrato de artista como afirmación de la identidad profesional, donde el gesto de sostener el pincel se convierte en un símbolo de agencia y autonomía.
La obra refleja la transición cultural de comienzos del siglo XIX, en la que el pintor empieza a concebirse como un sujeto moderno, consciente de su papel en la construcción del imaginario colectivo y de su valor en el ámbito social e intelectual. Así, más allá del carácter representativo, el retrato adquiere una dimensión casi performativa, captando un instante de creación que celebra el acto mismo de pintar como expresión de pensamiento y sensibilidad.