Escuela italiana; segunda mitad del siglo XVIII.
“Caprichos de ruinas romanas”.
Óleo sobre lienzo.
Presenta etiqueta de la junta de incautación.
Poseen marco de c. 1850.
Medidas: 68 x 81 cm (x2); 82 x 100 cm (marcos, x2).
En estos dos lienzos se presentan imponentes soportales o stoas sustentadas sobre esbeltas columnas o pilastras que se muestran como vestigios del pasado. Captados bajo luces doradas que acentúan su lirismo, las figuras de campesinos que merodean por el lugar quedan minimizadas frente a la sublimidad del paisaje. El gusto por los restos artísticos del pasado, la generalización de los viajes de literatos y artistas en busca de monumentos y obras de arte que les sirvieran de fuente de inspiración. Se trata de un género pictórico, por otra parte, que hunde sus raíces en el siglo XVII, en la veduta, no siempre topográfica, sino a veces extremadamente imaginativa, de artistas como Canaletto y otros.
Poco se sabe de la formación y del estilo pictórico de Andrea Locatelli. De su formación se conoce que estudió con Monsù Alto, pintor especialista en marinas, y desde 1712 con Fergioni. Siguiendo las palabras del estudioso Roberto Contini; Locatelli, aunque se hizo célebre principalmente con sus paisajes de la campiña romana, impecables si bien algo artificiales, se formó en realidad como pintor de marinas con artistas de segunda fila de escaso renombre, y como especialista en figura con el pintor de Lucca Biagio Puccini. En su obra se puede apreciar, un eco evidente del paisaje de Salvator Rosa, siendo tratado con una estética más subjetiva y romántica, en que la naturaleza deja de estar bajo el control racional del artista, para resultar inabarcable y, en ocasiones, amenazante para el hombre. Locatelli demuestra también su conocimiento de la tradición paisajista romana del siglo anterior, en relación tanto con las vistas de ruinas de Rosa y de Ghisolfi , anticipándose de este modo ligeramente a Pannini. Esta corriente fue alimentada especialmente por los clasicistas de la Emilia y los nórdicos del estilo de Dughet y Lorena, de los cuales el primero anuncia el interés por el protagonismo arbóreo que precisamente exaltará Locatelli.