Círculo de LUCA GIORDANO (Nápoles, 1634 – 1705); finales del siglo XVII.
“Dolorosa”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta restauraciones.
Medidas: 73,5 x 68 cm.
Obra devocional donde el autor nos presenta a la Virgen María de busto, en primerísimo plano y captada a gran tamaño, ocupando la mayor parte de la superficie pictórica. Se trata de una figura monumental, trabajada con gran delicadeza y directamente iluminada por una luz clara y uniforme, de raíz clásica. María destaca sobre un fondo neutro, plano y oscuro, iluminado en torno a su cabeza por el halo de luz dorada. La calidad de la obra que nos ocupa nos permite relacionarla con la escuela Italiana, caracterizada por un gran dominio técnico, que logra equilibrar de forma armónica la corrección del dibujo y la calidad de los colores. El artista representa a María en su advocación como Dolorosa, sola ante un fondo neutro, dirigiendo su mirada hacia lo alto, implorando justicia. Formalmente destaca el modo contemporáneo en el tratamiento de la Virgen: joven, bella y de sutiles rasgos que son captados a través de pinceladas ligeras y matizadas. En el centro de su corazón, como es habitual en esta advocación, el puñal que en este caso destaca por su ligereza, queda clavado aunque la Virgen no muestra signos de dolor sino de resignación.
Luca Giordano fue el pintor napolitano más destacado de finales del siglo XVII, y uno de los principales representantes del último barroco italiano.Pintor y grabador, conocido en España como Lucas Jordán, Giordano gozó de gran popularidad en vida, tanto en su Italia natal como en nuestro país. No obstante, tras su muerte a menudo se le reprochó a su obra la rapidez de ejecución, opuesta a la estética grecolatina. Se cree que se formó en el entorno de Ribera, cuyo estilo siguió en un primer momento. Sin embargo, pronto viajará a Roma y Venecia, donde estudió a Veronés, cuya influencia se percibe desde entonces en su obra. Este viaje fue clave para la maduración de su estilo, así como también las influencias de otros artistas como Mattia Preti, Rubens, Bernini y, sobre todo, Pietro da Cortona. A finales de la década de 1670 Giordano comenzó sus grandes decoraciones murales (Montecassino y San Gregorio Armeno en Nápoles), a las que siguieron desde 1682 otros proyectos, entre los que destacan las pinturas murales de la galería y la biblioteca del Palacio Médici Ricardi de Florencia. En 1692 fue llamado a Madrid para realizar obras murales en el monasterio de El Escorial, y allí trabajará entre 1692 y 1694. Seguidamente realizará también las pinturas del despacho y el dormitorio de Carlos II en el Palacio Real de Aranjuez, y después de éstas acometió las del Casón del Buen Retiro (h. 1697), la sacristía de la catedral de Toledo (1698), la real capilla del Alcázar y San Antonio de los Portugueses (1699). No obstante, los encargos reales cesaron con la llegada de Felipe V en 1701 y el inicio de la Guerra de Sucesión, por lo que Giordano regresará a Nápoles en 1702, si bien desde allí continuará enviando pinturas a España. Actualmente se conservan obras de Giordano en las más destacadas pinacotecas de todo el mundo, entre ellas el Museo del Prado, el Hermitage en San Petersburgo, el Louvre en París, el Kunsthistorisches de Viena, el Metropolitan de Nueva York y la National Gallery de Londres.