Círculo de CARLO CERESA (Bérgamo, 1609 - 1679).
“La levitación de Santo Dominico”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta restauraciones.
Medidas: 136 x 99 cm; 162 x 124 cm (marco).
La escena representa una escena religiosa con un santo dominico, captado en pleno éxtasis místico mientras levita frente a un crucifijo en el altar. El cuerpo del santo flota con un naturalismo sorprendente, suspendido de forma diagonal, lo que dinamiza la composición y dirige visualmente al espectador hacia la figura de Cristo crucificado. La torsión del cuerpo, el tratamiento de los pliegues de la túnica blanca y el hábito negro, y el dramatismo del gesto de las manos extendidas revelan una clara intención de enfatizar lo sobrenatural del milagro sin renunciar al verismo anatómico.
La figura del protagonista se encuentra envuelta en una luz focal que lo separa del fondo arquitectónico, un recurso típicamente barroco que refuerza su carácter sagrado. A sus pies, un grupo de frailes dominicos contemplan con asombro la escena, captados en diferentes gestos de sorpresa, reverencia y admiración. Esta galería de expresiones humanas introduce al espectador en el pathos de la escena, actuando como testigos y mediadores del prodigio.
Desde el punto de vista estilístico, la obra se enmarca dentro del naturalismo tardío propio del círculo de Carlo Ceresa, pintor lombardo influido por la corriente caravaggesca y por el clasicismo de la escuela boloñesa. Aunque Ceresa es más conocido por su obra retratística, su producción religiosa muestra una notable sensibilidad hacia lo narrativo y lo expresivo, lo cual se transmite aquí en la intensidad del gesto, la claridad compositiva y la sobriedad cromática.
Carlo Ceresa fue alumno y luego ayudante del pintor milanés Daniele Crespi, cuyo estilo y vocabulario perduraron en su obra tras la muerte del maestro en 1630. Actuó en la zona de Bérgamo y produjo un gran número de obras religiosas caracterizadas por una gran sobriedad y un enfoque discreto combinado con el color vivo de la escuela de Veneto. También fue un hábil retratista cuyos servicios eran buscados por las familias nobles de la ciudad. El naturalismo que impregna la representación de sus temas recuerda la obra de Moroni y espera a Fra Galgario y Ceruti (Pitochetto).