Escuela holandesa del siglo XVII.
"Escena bucólica con niños", 1687.
Óleo sobre lienzo. Datado.
Reentelado en el siglo XIX.
Se ha añadido unos 3 cm. en la parte baja (siglo XIX).
Medidas: 80 x 96,5 cm.
Destacado ejemplo de la pintura de género holandesa de periodo barroco, con su característica idealización de la vida en el campo y su excelente tratamiento de las texturas y calidades.
La pintura transmite una sensación de inocencia, calma y armonía con la naturaleza. El primer plano está dominado por niños y animales, situados en un claro del bosque. El suelo está cubierto de flores silvestres. Una densa arboleda con troncos robustos y follaje oscuro enmarca la escena, creando un fuerte contraste de luces y sombras. A través de una apertura en el bosque, se revela un paisaje más distante. Se aprecian colinas o montañas bajo un cielo que se aclara en el horizonte, y una casa a lo lejos.
Una luz dirigida ilumina suavemente los rostros y el colorido de las ropas infantiles, destacándolos contra el fondo oscuro del bosque. La escena pastoral, en su intención bucólica, se connota con cierta aura de escena sacra, siendo esta mezcla de costumbrismo y religiosidad características de la pintura de género holandesa.
El foco central de la composición son cuatro niños, de semblantes vívidos y expresivos. Una niña sentada, vestida con un traje marrón, sostiene un ramo de rosas. Mira directamente al espectador con mirada sosegada. Junto a ella, se agrupan dos niños más pequeños: una niña con un vestido azul posa sus brazos sobre el lomo de una oveja y nos mira con sus grandes ojos azules. A su lado, otro niño con ropas oscuras también nos mira, realizando un gesto espontáneo con su mano derecha. Un cuarto niño, vestido con una chaqueta roja, está parcialmente oculto por la vegetación y también se apoya en una oveja.
Los animales de granja refuerzan el ambiente bucólico: una vaca de pelaje marrón oscuro, una cabra cuya cabeza asoma entre los cuerpos infantiles y las citadas ovejas. En el paisaje del fondo, se divisan más ovejas pastando bajo la luz del crepúsculo.
El jugoso retrato grupal y la atención al detalle en las texturas (como la lana de las ovejas y las telas) es característica de la pintura holandesa del siglo XVII.
.jpg)