Escuela flamenca; siglo XVII.
“Diana”.
Óleo sobre tabla.
Presenta fractura en la tabla y conserva marco antiguo.
Medidas: 64 x 49 cm; 77 x 63 cm (marco).
Esta pintura de la escuela flamenca del siglo XVII muestra una representación dedicada a la figura de Diana. Se trata retrato de busto de la diosa, enmarcado en un óvalo que concentra la atención en su presencia serena y al mismo tiempo imponente, recurso característico de la retratística mitológica barroca del norte de Europa. La divinidad aparece coronada con un motivo lunar, acorde con su iconografía tradicional, y sostiene en la mano el arco, uno de sus atributos, que puede interpretarse como una alusión a su condición de cazadora y protectora de los bosques. Su mirada, elevada hacia el cielo, introduce una dimensión simbólica que trasciende la mera representación mitológica: la diosa se presenta como intermediaria entre el mundo natural y la esfera divina, encarnando la pureza, la vigilancia y el orden armónico que le son propios. El claroscuro, trabajado con la minuciosidad que distingue a la escuela flamenca, modela los rasgos del rostro y la anatomía con suavidad escultórica, resaltando la tersura de la piel y la ligereza de los paños, al tiempo que confiere una profundidad emocional a la expresión ascendente de la figura.
El fondo oscuro que envuelve el óvalo sirve para aislar a Diana del espacio terrenal, enfatizando su carácter etéreo y su presencia casi visionaria. La pincelada detallista, la precisión en los reflejos y la armonía cromática, dominada por tonos sobrios con acentos luminosos estratégicamente situados, no solo revelan el virtuosismo técnico de la tradición flamenca, sino que también refuerzan la lectura alegórica de la obra. En conjunto, el retrato configura una interpretación solemne y refinada de la diosa, integrando naturalismo y simbolismo para expresar, conforme a los códigos estéticos del barroco septentrional.
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