Escuela italiana; siglo XVII.
“La adoración de los pastores”,
Óleo sobre cobre.
Medidas: 23 x 17 cm; 41 x 36 cm (marco).
La escena se organiza en torno al eje central que forman la Virgen y el Niño, cuya figura desnuda capta la incidencia lumínica principal: una luz cálida, casi sobrenatural, que emerge del propio cuerpo del infante y se expande hacia los rostros de los personajes circundantes. Esta iluminación tenebrista, propia de ciertos círculos italianos influidos por el caravaggismo tardío, permite esculpir volúmenes sólidos en medio de un ambiente nocturno, subrayando el contraste entre la oscuridad del establo y la revelación luminosa del acontecimiento sagrado.
La composición, densamente poblada, se caracteriza por el ordenamiento semicircular de los pastores que se aproximan con gestos cargados de humildad y asombro. Sus actitudes , manos en el pecho, cabezas inclinadas, miradas dirigidas hacia el Niño, responden al modelo devocional promovido por el arte sacro del siglo XVII, cuyo objetivo era suscitar la participación emocional del fiel y conducirlo a la contemplación meditativa. La presencia de los animales del pesebre , se resuelve mediante un tratamiento volumétrico sobrio, integrado discretamente en la penumbra, mientras que en la parte superior un ángel porta una filacteria con la inscripción “Gloria in…”, evocación textual del anuncio celestial a los pastores según el Evangelio de Lucas. Este recurso no solo ancla la escena en la tradición iconográfica sino que actúa como nexo visual entre el plano terreno y el celestial.
El estilo del pintor, aunque anónimo dentro de la amplia órbita de la escuela italiana, revela una síntesis entre el naturalismo dramático heredado de Caravaggio y un cierto manierismo residual perceptible en la estilización de los cuerpos, especialmente en las figuras más juveniles y en los ángeles. La pincelada, por su parte, evidencia una factura densa en las áreas de sombra, mientras que las zonas iluminadas muestran una aplicación más cuidadosa, destinada a destacar la corporeidad espiritualizada del Niño.