Círculo de SCIPIONE PULZONE "Il Gaetano" (Gaeta, 1544 - Roma, 1598).
"Santa Verónica con el sudario de Jesús".
Óleo sobre cobre.
Medidas: 30 x 22 cm; 54 x 46 cm (marco).
La imagen de la Verónica sosteniendo el sudario de Jesús, conocida como la Santa Faz o Verónica, es una representación icónica de la Pasión de Cristo. Como en esta ocasión, Verónica suele ser representada sosteniendo el paño (el sudario o velo) con ambas manos, a la altura del pecho o ligeramente extendido. Su rostro refleja la serenidad o la tristeza del momento. La imagen simboliza el amor incondicional y la piedad de Verónica, la única que se atrevió a acercarse a Jesús para consolarlo en su camino al Calvario. Además, es una representación de la autenticidad del rostro de Cristo, ya que el paño es, según la tradición, un retrato no hecho por mano humana.
Por su factura, este cobre pudo haber sido realizado por un artística próximo al círculo de Scipione Pulzone, uno de los pintores más importantes de la Roma de finales del siglo XVI, en pleno período de la Contrarreforma. Su dibujo preciso y definido es heredero de la tradición de Rafael. Ello se revela en un acabado de la superficie pictórica extremadamente pulido y esmaltado, donde la pincelada es casi invisible.
Sicipione Pulzone comenzó su formación artística como alumno de Jacopino del Conte, aunque pronto prefirió tomar como referentes de su arte a personalidades como Girolamo Muziano o Siciolante. Su gusto por los efectos descriptivos le llevó a estudiar los modelos flamencos y venecianos, de los que extrajo una rica paleta de colores. Sin embargo, fue en Rafael donde encontró su m ayor influencia reflejada en el uso de los contornos definidos y claridad esquemática. Su arte recuerda sobre todo al Rafael más temprano, el que nos remite al estilo de un Perugino o un Domenico Ghirlandaio. Es por ello que su arte tiene una buena parte de revisionista, pues sus fuentes no se encuentran en sus inmediatos predecesores, sino en los grandes maestros del último Quattrocento. En 1584 Pulzone viajó a Nápoles y Florencia. En esta última ciudad entró en contacto con artistas locales de sensibilidad similar a la suya. Pulzone es el arquetipo del arte contramanierista. Fue primordialmente un retratista y sus obras se ciñen de manera sumisa a los dictados de la Iglesia Romana: intenta transmitir emociones sencillas, al alcance del más simple de los espectadores, con una intención didáctica y a veces, con un aire casi artesanal, que prima el arte como vehículo para transmitir una idea, en este caso de tipo religioso, antes que buscar la belleza, el lucimiento del artista o la asunción de retos artísticos.
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