Escuela española; siglo XVIII.
“Virgen”.
Óleo sobre lienzo.
Medidas. 126 x 102 cm; 135 x 110 cm (marco).
Esta obra se inscribe dentro de una tradición pictórica marcada por la espiritualidad, la sobriedad formal y la continuidad de los valores barrocos. Su calidad pictórica se manifiesta en la delicadeza del modelado, la suavidad de las carnaciones y el uso equilibrado del color, donde destacan los tonos azules y rojos propios de la iconografía mariana. La iluminación es contenida y dirigida, lo que refuerza el carácter introspectivo de la figura y centra la atención del espectador en la expresión serena y recogida de la Virgen.
La Escuela española de este periodo se diferencia claramente de otras escuelas europeas contemporáneas, como la francesa o la italiana, que evolucionaron hacia composiciones más dinámicas, decorativas y luminosas bajo la influencia del Rococó. En cambio, la pintura española mantiene una estética austera y una fuerte carga religiosa, heredada de la Contrarreforma, donde la función principal de la imagen es la contemplación y la devoción. Estas diferencias se reflejan en el fondo oscuro y poco definido, la composición equilibrada y la ausencia de elementos ornamentales excesivos, así como en la representación de los ángeles, que aparecen de forma secundaria y discreta.