Escuela europea; finales del siglo XIX.
“Pescadera”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta faltas en el marco.
Posee firma apócrifa en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 82 x 48 cm; 112 x 80 cm (marco).
A finales del siglo XIX, la representación de mujeres trabajadoras, como en el caso de una pescadera, adquirió un nuevo protagonismo dentro del arte, reflejando los cambios sociales y el interés creciente por los temas cotidianos y populares. Este tipo de pintura, de carácter realista, no solo documentaba la vida de las clases obreras, sino que también dignificaba su labor, otorgándoles visibilidad y humanidad en un contexto aún dominado por los estereotipos de género.
La figura de la pescadera se convierte en símbolo de la creciente autonomía femenina en una sociedad en transformación. A través de una paleta sobria y una composición centrada en la figura, el artista no solo idealiza el trabajo, sino que también otorga la dignidad de la mujer que lo desempeña, reivindicando su papel dentro del tejido económico y social de la época.