FRANCISCO MIRALLES I GALAUP (Valencia, 1848 – Barcelona, 1901).
“Jugadores de cricket”.
Acuarela sobre papel.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 28 x 22 cm; 40 x 34 cm (marco).
Esta acuarela, que representa una escena burguesa con dos mujeres y un niño jugando al cricket en un parque, constituye un ejemplo elocuente del refinamiento costumbrista característico de este pintor valenciano del siglo XIX. La escena transcurre en un entorno ajardinado, probablemente un parque urbano, donde la vegetación cuidada, los senderos de grava y la presencia de otras figuras paseando o conversando al fondo, refuerzan la atmósfera de ocio elegante propia de la alta burguesía de la época.
Las dos mujeres ataviadas con vestidos de paseo, sombreros amplios y guantes— encarnan el ideal femenino decimonónico: gracia, compostura y atención a las normas sociales del decoro. A pesar de participar activamente en el juego, su actitud se mantiene contenida, más cercana al gesto afectuoso hacia el niño que a una competición real.
Miralles emplea una pincelada suelta y ligera, propia de la técnica de la acuarela, con la que consigue capturar la luz difusa del día, los reflejos de los vestidos y los matices verdes de la vegetación. Los detalles están sugeridos más que definidos, lo que contribuye a una sensación general de frescura y espontaneidad.
Francisco Miralles se formó en Barcelona en el taller de Ramón Martí Alsina, donde fue condiscípulo de los integrantes de la primera generación de realistas catalanes. Poco se conserva de la producción de Miralles en esta primera etapa, aunque la docena de cuadros que tenemos nos hablan de un joven pintor que aprende rápidamente a tratar la figura con maestría, poco interesado aún por el paisaje. Instalado en París desde mediados de la década de 1860 (hacia 1865-66), es posible que estudiara con Courbet aconsejado por Martí Alsina, quien también se formó con el maestro francés. Debido a estas influencias, su estilo de juventud, hasta finales de los años setenta, es aún vigorosamente realista. Más tarde evolucionará hacia un estilo de elegancia femenina, típicamente finisecular, con una técnica de influencia fortunista. En París popularizó un estilo refinado, centrado mayoritariamente en temas costumbristas de la vida burguesa y de la alta sociedad, fundamentalmente protagonizados por personajes femeninos. En París Miralles vivió una vida libre y despreocupada, al principio dependiendo económicamente de su familia, y más tarde sosteniéndose ya por sus propios medios, gracias a las ventas de sus cuadros que realizaba a través del más destacado marchante del parís de la época, Goupil. En paralelo, participó en el Salón de los Artistas Franceses entre 1875 y 1896. Realizó varios viajes a Barcelona, y de hecho expuso desde 1877 en la Sala Parés de dicha ciudad. Tras varios años a caballo entre París y Barcelona, regresa definitivamente a la ciudad condal en 1893. Francisco Miralles está representado en el MACBA, el de la abadía de Montserrat y el Círculo del Liceo de Barcelona, así como en importantes colecciones particulares.