Escuela española o italiana; siglo XIX.
“Retrato del infante Carlos María Isidro de Borbón y Borbón-Parma”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Procedencia: Antonio Paolucci.
Medidas: 56 x 46 cm; 66 x 56 cm (marco).
Retrato del infante “Don Carlos”, como era apodado. Se trata de un retrato de corte, habitual en la época, con una batalla en último plano que simboliza el poder y el despliegue militar de su figura. En primer plano el propio infante, ya maduro, erguido y orgulloso, lleva su mano enguantada hacia la cadera, cercana a la espada de su regio uniforme, pero sin desenvainarla. La otra mano, sin guante, queda apoyada sobre un mapa, en alusión a su labor como constructor. En su pecho las insignias habituales de los borbones como por ejemplo el Toisón de Oro, reafirma su poder regio.
Fue infante de España y el segundo hijo superviviente del rey Carlos IV de España y su esposa, María Luisa de Parma. Reclamó el trono de España tras la muerte de su hermano mayor, el rey Fernando VII, en 1833. Su reclamación fue impugnada por las fuerzas liberales leales a la hija pequeña del difunto rey, lo que desencadenó la Primera Guerra Carlista (1833-1840). Don Carlos contó con el apoyo de las provincias vascas y de gran parte de Cataluña, pero perdió la guerra. Sus herederos continuaron la causa tradicionalista, lucharon en dos guerras carlistas más y se mantuvieron activos hasta mediados del siglo XX, pero nunca accedieron al trono.
Esta pieza pertenecía al historiador de arte italiano Antonio Paolucci, alumno de Roberto Longhi y director de los Museos Vaticanos.