GEROLAMO NAVARRA (Verona, 1852 - Milano, 1920).
“Florero”.
Óleo sobre lienzo.
Firmado en la zona inferior central.
Medidas: 93 x 79 cm; 113 x 98 cm (marco).
Esta pintura, firmada por Gerolamo Navarra (Verona, 1852 – Milán, 1920), representa una naturaleza muerta floral ejecutada con excepcional maestría técnica y sensibilidad estética, testimonio del refinamiento pictórico italiano de finales del siglo XIX. El artista, conocido por su dedicación al arte decorativo y a la representación minuciosa de flores y objetos preciosos, demuestra en esta obra su dominio del óleo, la luz y el detalle, en una composición que fusiona el rigor académico con un sentido ornamental exquisito.
En el centro de la escena se alza un jarrón dorado de dos asas, elegantemente decorado con una escena bucólica en su cuerpo: una pareja camina junto a una casa rural bajo árboles que anuncian el otoño, evocando el gusto romántico por los paisajes idealizados y la pintura narrativa en miniatura. Esta decoración remite a la tradición de las porcelanas finas de Sèvres o Capodimonte, y funciona como un microcosmos narrativo dentro del conjunto pictórico. De este jarrón emerge un ramo exuberante de flores, compuesto por una gran variedad de especies —rosas, tulipanes, calas, margaritas, claveles, peonías— que brotan en direcciones diversas, componiendo un todo armónico, vibrante y rico en color. La textura de cada flor ha sido tratada con extremo detalle: los pétalos tienen volumen y movimiento, las hojas matices de verde y sombra, y el contraste entre tonos cálidos y fríos aporta profundidad a la imagen.
El conjunto floral descansa sobre una mesa de mármol pulido, cuya superficie refleja suavemente los tonos dorados del jarrón, una demostración de la pericia del pintor en representar distintos materiales con credibilidad y elegancia. El fondo oscuro, plano y sin ornamentos, acentúa la luminosidad del ramo, haciendo que las flores destaquen con viveza casi táctil. Navarra domina aquí el claroscuro con una sensibilidad heredera del tenebrismo barroco, aunque aplicada con fines decorativos más que dramáticos.