JAVIER WINTHUYSEN LOSADA (Sevilla, 1874-Barcelona, 1956).
Sin título.
Óleo sobre lienzo.
Presenta restauraciones.
Firmado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 66 x 107 cm.
Javier Winthuysen Losada fue un destacado artista español cuya trayectoria se desarrolló en dos ámbitos principales: la pintura de paisajes y el diseño de jardines, disciplinas que cultivó de manera paralela a lo largo de su vida.
Procedente de una familia de raíces flamencas asentada en Cádiz desde el siglo XVII, su formación artística comenzó en su ciudad natal, Sevilla, donde frecuentó los talleres de José Arpa y Gonzalo Bilbao. Pronto se integró en los círculos intelectuales locales, vinculándose al Ateneo y fundando la Escuela Libre de Bellas Artes junto a otros jóvenes creadores. En esta etapa inicial centró su atención en los paisajes andaluces y jardines locales. Posteriormente, tras la Guerra Civil, su obra pictórica evolucionó hacia una estética marcada por la luz del Mediterráneo, trabajada entre Barcelona e Ibiza y desarrollada en consonancia con sus reflexiones teóricas sobre el entorno natural.
Su paso por París en 1903 supuso un encuentro con el impresionismo y postimpresionismo, corrientes que dejaron una impronta en su obra. Participó en los Salones de los Independientes y de Otoño, y mantuvo contacto con figuras relevantes como Santiago Rusiñol. Ya en Madrid, se relacionó con personalidades de la Institución Libre de Enseñanza, como Joaquín Sorolla, Antonio Machado o Juan Ramón Jiménez. A lo largo de su vida, su pintura se caracterizó por una sensibilidad ambientalista que quedó recogida en escritos y memorias.
En paralelo, desarrolló una profunda labor como diseñador y conservador de jardines históricos. Heredó de su padre la vocación por la arquitectura paisajística y orientó sus esfuerzos a la recuperación y creación de jardines emblemáticos en distintas regiones de España. Destacó por su temprana visión patrimonial, considerando los jardines como bienes culturales de valor histórico y artístico. Intervino en espacios como los jardines de Moncloa, los jardines de San Segundo en Ávila, el jardín botánico de Zaragoza o los jardines de la Universidad Laboral de Gijón, entre muchos otros. Esta actividad quedó ampliamente documentada y parte de ella se conserva en el Real Jardín Botánico de Madrid.
Tras la contienda civil, residió en Barcelona y retomó su actividad profesional como inspector de jardines bajo la administración del marqués de Lozoya. Durante estos años, centró sus esfuerzos en la restauración de paisajes naturales emblemáticos como el lago de Bañolas o el Palmeral de Elche.
Parte de su legado documental fue donado por su familia al Consejo Superior de Investigaciones Científicas.