VALERIANO DOMÍNGUEZ BÉCQUER (Sevilla, 1833 – Madrid, 1870).
Sin título, 1866.
Óleo sobre lienzo.
Presenta el lienzo destensado.
Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 105 x 75 cm.
Esta pintura de Valeriano Domínguez Bécquer es un ejemplo de su habilidad para el retrato costumbrista y burgués, en el que combina precisión técnica con una profunda sensibilidad humana.La obra muestra a dos niños retratados con ternura y realismo, probablemente hermanos, sentados en una silla de madera tallada con asiento tapizado en un rico tejido de motivos florales. La niña, vestida con un vestido azul celeste adornado con encajes blancos y volantes, posa con serenidad y madurez, mientras rodea con el brazo al niño, que viste un traje oscuro con gran lazo a cuadros y sostiene una cuerda o látigo de juguete. La cercanía entre ambos, junto con sus miradas directas y confiadas hacia el espectador, confiere a la escena un aire íntimo y familiar.
Hijo del pintor costumbrista José, Valeriano Domínguez Bécquer queda pronto huérfano, criándose junto a su hermano Gustavo Adolfo al amparo de sus tíos maternos, y guiado en la pintura por su tío Joaquín, pintor también de costumbres y profesor en la Escuela de Bellas Artes sevillana. Permanece en el taller de su tío hasta 1853, y en 1862 se instala definitivamente en Madrid. Tres años después, pensionado por el Ministerio, recorre las tierras de Soria, Aragón, Navarra y el País Vasco, estudiando los tipos, trajes y costumbres españolas, realizando escenas de gran encanto captadas en la inmediatez, de aldea en aldea. En 1868 se le retira la beca debido al cambio político, y desde entonces subsistirá gracias a colaboraciones como dibujante y escritor en “El Museo Universal”, “El Arte en España” y “La Ilustración Española y Americana”.
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